El silencio te brinda la capacidad de bajar las revoluciones, por ende, permite relajarte, lo cual produce una sensación de bienestar. También te da tiempo para conectar con tus sentimientos, que siempre son una fuente importante de información, tal como lo explica la psicóloga Dina Semsch. Además, en esos momentos se es capaz de identificar las emociones y preguntarse el porqué de ellas, para así poder atenderlas con propiedad.
Ahora bien, resulta importante mencionar que hay personas para las cuales el silencio se traduce en incomodidad o miedo. Esto hasta cierto punto, según lo indica la especialista, es producto de vivir en un entorno constantemente saturado de ruidos, lo cual hace que el “cambio” al silencio resulte incómodo y hasta atemorizante, al no saber cómo manejarlo o su utilidad, o cuando se tiene miedo a escucharse a sí mismo, así lo informa el portal web La Prensa Gráfica.
Para lograr que el silencio forme parte de tu vida Semsch aconseja lo siguiente:
1. Empieza con metas realistas. Si no estás acostumbrado a los momentos de silencio, comienza con periodos cortos, y auméntalos poco a poco.
2. Recuerda que los momentos de silencio no son para “aprender a soportarlos”, sino para conversar contigo misma, para interrogarte, para conocerte, para poner atención en qué piensas y qué sientes.
3. Considera que en ocasiones es necesario enfrentarte a ti misma durante el silencio, eso es difícil al principio, pero genera mucha ganancia y te ayuda a resolver cosas que te complican el día a día.
4. Haz pausas y procura el silencio durante el día, con el objetivo de que tu velocidad o estado de alerta disminuyan y seas capaz de relajarte.