El ayuno no solo ha sido entendido como la abstinencia de alimentos, sino como un poderoso método para fortalecer los deseos y la mente. Es una forma de iniciar en el plano físico una verdadera alineación y reintegración de nuestras energías y espíritu, sacando a nuestro cuerpo del torbellino emocional, mental y físico al que está constantemente expuesto
El ayuno es fácil de practicar, pero se debe saber qué beber y comer después, y en qué cantidades. Según la escuela persa de Zoroastro, a la que pertenezco, los ayunos son de una semana. Se toma solo agua destilada o extractos y salir del ayuno con palomitas de maíz sin sal.
Hay varias clases de ayuno. Ayuno de una sola fruta o monodieta. Se come una sola clase de fruta en cada comida o en un día. Se recomienda la papaya o naranja.
Ayuno de extractos. Tomar extracto de frutas y/o verduras (detorax) para efectos purificadores y curativos. Tomar por sorbos y ensalivarlos bien.
El ayuno hídrico o completo. Beber solo agua caliente o infusiones, como salvia, hierba buena e hinojo, y solo cuando se tenga sed, pero no para calmar el deseo de comer. Se realiza para la desaparición de una serie de enfermedades. Debe ser más de tres días y menos de cuarenta, y bajo supervisión de un médico.
Una forma de preayuno es la “cura niveladora del hígado”. Mezclar 3 cdas. de aceite de oliva virgen (Omega 9) o de sacha inchi (Omega 3) con el jugo de 3 limones. Ingerir 5 días seguidos en ayunas. Se aconseja que una hora antes de cada toma, ingiera ½ vaso de agua caliente con el jugo de un limón y cloruro de magnesio + zinc, y desayunar luego de dos horas. Repetir en cada cambio de estación.
No confunda ayuno con inanición. Si deja de comer al menos una vez al mes, sobre todo en luna nueva, evitará muchas enfermedades.