La cera que se aloja en los oídos es, para muchos, una asquerosidad propia del cuerpo humano, y es por eso que no es extraño que los hisopos formen parte de la rutina diaria de higiene de una gran mayoría de personas. Sin embargo, el cerumen de los oídos es en realidad un aliado, y hay una buena probabilidad de que estemos poniendo en riesgo la salud de los oídos y la audición con cada intento de eliminación de cera.
¿Por qué? El tímpano y los pequeños huesos del oído medio -llamados osículos- son fáciles de dañar, e incluso pueden requerir cirugía para ser corregidos luego. "En el peor de los casos, el daño a los osículos puede resultar en una fuga de líquido del oído interno", explicó Boris Chernobilsky, profesor clínico adjunto de otorrinolaringología en la Icahn School of Medicine en el Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. "Esto resultaría en un vértigo severo y una potencial pérdida auditiva permanente".
Además, la piel del conducto auditivo interno es ultra-delgada y puede dañarse fácilmente por casi cualquier cosa que se introduzca en ese lugar. "Si la piel se rompe, puede infectarse y provocar una dolorosa infección en el oído externo -el oído del nadador, en términos lejanos-", agregó Chernobilsky.
Para evitar lesiones permanentes y graves en la audición, lo mejor es evitar estos cinco hábitos comunes:
Intentar limpiar regularmente
La mayoría de las personas en realidad no necesita nunca limpiar sus oídos. "Las orejas se auto-limpian", explicó el especialista al portal de salud Health. "Es la única parte del cuerpo en la que la piel crece en una sola dirección, sacando la cera y los desechos de la piel del canal al oído externo". Algunas personas tienen más cera del oído que otras pero, en general, las orejas producen la cantidad de cera que necesitan. Esa sustancia amarillo-naranja, conocida técnicamente como cerumen, protege la piel del conducto auditivo lubricándola y evitando que se llene de agua.
"Es una loción natural para la piel", puntualizó el doctor Chernobilsky. "El cerumen también tiene propiedades que matan ciertos tipos de bacterias e impiden el crecimiento de hongos". La recomendación es evitar "cavar" en el interior los conductos auditivos y esperar a que la cera se afloje por sí sola hasta que alcance el oído externo. Luego, puede ser retirada suavemente durante el lavado.
Inserción de hisopos de algodón
Los hisopos de algodón son una herramienta común en el baño, pero, sorprendentemente, no están destinados a ser utilizados en los oídos. Incluso lo dice explícitamente en la mayoría de los envases. La forma rígida y puntiaguda que tienen puede dañar la piel, el tímpano y los osículos. Además, los hisopos también pueden empujar la cera más profundamente en el oído y causar una impactación, según expertos. Una posibilidad más desagradable también es que la cabeza de algodón se desprenda dentro del canal auditivo. Si eso sucede, es imperioso recurrir a un médico.
Inserción de objetos puntiagudos
"Muchas personas se pondrán todo lo que pueda pensar en sus oídos cuando sienten algo que les incomoda: sus uñas, hebillas, agujas de coser o hasta llaves, por nombrar algunos". Cualquier cosa afilada o con forma similar a un hisopo de algodón planteará los mismos riesgos de cortar la piel y dañar el oído interno y externo.
Velado de oído
Esta práctica implica colocar una vela hueca en forma de cono en el oído. El calor de la llama supuestamente crea un efecto de vacío, aspirando cera a la vela. Mientras que algunas personas tienen relatos de éxito con la práctica de candling, la investigación ha demostrado que es inútil. Chernobilsky lo considera extremadamente peligroso: "He visto perforaciones de tímpano y quemaduras de cabello con este método".
Enjuague con una jeringa
"Aunque este método es generalmente seguro si se hace correctamente, se hace a ciegas, y se puede obtener una infección si no se seca correctamente cuando se hace", dijo el especialista. En resumen: los oídos no son el lugar para introducir agua.
¿Hay una manera segura de eliminar la cera?
Según la mayoría de los expertos en este sentido es: dejarla ser. Sin embargo, ciertas personas pueden tener una tendencia a acumular cera más rápido, explicó Chernobilsky. "Estas son las personas que usan audífonos con moldes en el oído, médicos que usan estetoscopios constantemente, músicos que usan tapones para los oídos o personas que usan auriculares para escuchar música, por nombrar algunos". Si la acumulación de cera es entonces realmente molesta, lo mejor es visitar a un otorrinolaringólogo cada pocos meses para recibir una limpieza correcta.
Un truco que se puede probar entre las visitas al médico es inclinar la cabeza hacia un lado y poner unas gotas de aceite mineral en el oído. "Yo prefiero el aceite mineral al aceite de bebé ya que es inerte y no tiene ninguna fragancia a la que las personas con alergias o piel sensible pueden reaccionar", dijo. Luego hay que poner la cabeza en una almohada cubierta con una toalla y esperar. También se comercializan algunos suavizantes de cera pero es importante consultar con un especialista para no comprar algo que irrite o lastime. La recomendación más segura es siempre consultar a una persona especializada.