Los síntomas para reconocer la andropausia

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Se llama andropausia o hipogonadismo y no es otra cosa que la disminución de la hormona sexual masculina, que se da a partir de los 40 años. Claves para detectarla a tiempo y afrontar esta nueva etapa con salud.

Disfunción eréctil, disminución de la libido, fatiga y aumento de peso son algunos de los síntomas que experimentará el hombre que esté entrando en la andropausia.

 

El hipogonadismo de inicio tardío o déficit androgénico se caracteriza por una disminución de los niveles de testosterona en hombres a partir de los 40 años. Este proceso, similar a la menopausia, no conlleva un cese total de la fertilidad como en esta, aunque puede provocar disfunción eréctil y pérdida de libido, entre otros síntomas. "Se trata de un proceso progresivo y lento que puede prolongarse por décadas, de forma que, a los 70 años, los hombres tienen aproximadamente un 30% menos de testosterona, la hormona encargada de mantener el tono muscular, la masa ósea y la función sexual", explicó el doctor Omar Layus, urólogo de IVI Buenos Aires.

La evolución del cuadro variará según cada individuo.

 Los controles preventivos son muy importantes para revisar los niveles hormonales, de glucosa, colesterol y ácido úrico
Al igual que en las mujeres, otros síntomas fácilmente detectables son debilidad muscular, fatiga, aumento de peso y pérdida de cabello, si bien pueden ir acompañados de pérdida de masa muscular y de dolencias como la osteoporosis y la osteopenia. "El resultado de este cuadro sintomático es una pérdida progresiva de la calidad de vida", agregó el especialista.

Además, muchos hombres presentan el llamado síndrome metabólico, una enfermedad relacionada con el hipogonadismo que se caracteriza por síntomas como obesidad, hiperglucemia, altos niveles de ácido úrico, hipertensión e hipercolesterolemia.

Afrontar esta nueva etapa con salud.

Aunque el hipogonadismo afecta a todos los hombres a partir de una determinada edad –y a aquellos que hayan sufrido una extirpación de uno o ambos testículos–, hay ciertos hábitos saludables que se pueden desarrollar para paliar sus efectos. "En algunos casos, mediante una dieta equilibrada, realizando ejercicio de forma controlada y manteniendo una vida sexual activa, los niveles de testosterona pueden volver a la normalidad", descató.

En este sentido, remarcó que "los controles preventivos son muy importantes para revisar los niveles hormonales, de glucosa, colesterol y ácido úrico. Mediante un examen detallado de los pacientes aumentamos la efectividad de cualquier tratamiento médico".

"Para aquellos pacientes que no puedan reponer esta hormona de forma natural, existen tratamientos a base de testosterona, tanto inyectables como en gel", argumentó Layus, quien finalizó: "Esta terapia de reemplazo hormonal no es dañina siempre que se lleve a cabo bajo supervisión médica y no se superen los niveles establecidos".