Cuando de buen sexo se trata, el primer parámetro que siempre se evalúa es la capacidad de ambos integrantes de la pareja para alcanzar el clímax ¿Hay orgasmos? Entonces allí, por creencia popular, hubo un buen desempeño sexual. Sin embargo, hay personas, principalmente mujeres, para las que este famoso ‘amigo’ no llega, aunque eso no signifique una mala experiencia.
Lo que los orgasmos pueden decir de tu salud mental o física
Es precisamente el poner ese baremo, lo que lo ha convertido en el principal problema del sexo hoy en día. Durante años hemos puesto a los orgasmos en un pedestal tan alto que ese conocimiento ha hecho que muchas mujeres luchen tanto por alcanzarlo, que mentalmente se lo impiden a ellas mismas. De allí que muchos sexólogos afirmen que la gran mayoría de las mujeres que no logran un orgasmo a causa de sus propios pensamientos.
Eso hablando estrictamente de salud mental, pero un orgasmo también puede decir mucho sobre su salud, por ejemplo, la enfermedad vascular periférica puede hacer que los orgasmos sean débiles para las mujeres o que simplemente no los alcancen. ¿Lo sabías?
Si alguien tiene una enfermedad vascular periférica de larga data, es decir, que tiene bloqueos en sus vasos periféricos (los vasos sanguíneos de sus piernas y sus genitales) debido a diabetes o colesterol alto, hay una disminución en el flujo sanguíneo, esto debilita la sensación del orgasmo. Esto se debe a que el flujo sanguíneo y la contracción muscular determinan la intensidad del orgasmo en una mujer.
Otras condiciones tales como: la esclerosis múltiple, la epilepsia y otros trastornos del sistema nervioso, pueden tener un impacto en los orgasmos femeninos, ya que requieren intervención de la función neurológica de la región genital.
Además de eso, hay ciertos cambios hormonales que también tiene un impacto en la llegada o no de los orgasmos en las mujeres. Pero si estos problemas no están presentes, todavía algunas causas psicológicas pueden generar problemas en el orgasmo de las mujeres. Entre ellos, no ser estimuladas lo suficiente, preocuparse mucho durante el coito por su rendimiento sexual, la falta de conocimiento o el miedo de las relaciones sexuales y problemas existentes en la relación. Para las mujeres esto suele ser más mental y menos físico que para los hombres, claro que, como en todo, hay sus excepciones.