Científicos del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona (IBUB) han desarrollado una nueva técnica para medir la actividad del tejido adiposo marrón, clave en la obesidad, y apta para testar fármacos que podrían combatir esta patología metabólica que crece año tras año.
El nuevo método, según informa la Universidad de Barcelona (UB) en un comunicado, permite medir la producción y la utilización de la energía en el tejido adiposo marrón, un órgano que oxida la grasa y disipa la energía en forma de calor.
Este nuevo método, que publica la revista Advanced Science, mejora la precisión de las técnicas anteriores para estudiar la funcionalidad del tejido adiposo.
La nueva técnica permite, con tejidos vivos aislados de ratón, estudiar parámetros de la bioenergética mitocondrial del tejido adiposo, como la cantidad de oxígeno dedicada a producir energía y la capacidad respiratoria máxima del tejido.
"Hasta ahora, la respiración celular se había analizado en células de cultivo o mitocondrias aisladas que eran propensas a romperse durante el proceso de separación. El hecho de tener en cuenta todo el tejido y no solo las poblaciones celulares es un enfoque directo que proporciona una visión más realista de la respiración fisiológica", explicó una de las investigadoras, Dolors Serra.
Según los científicos, comprender la actividad del tejido adiposo es importante por la implicación de este órgano en la fisiopatología de la obesidad.
Mientras que el tejido adiposo blanco es el órgano principal encargado de almacenar energía en forma de triglicéridos, el tejido adiposo marrón es rico en mitocondrias, el orgánulo de la célula responsable de producir energía quemando ácidos grasos y glucosa para transformarlos en energía útil, consumiendo oxígeno en el proceso.
Además, el tejido adiposo marrón tiene una alta concentración de la proteína UCP1 (proteína desacoplante 1), que no pasa por la cadena respiratoria, por lo que en vez de generar energía útil, disipa energía en forma de calor.
Esta función, conocida como termogénesis sin temblor, es crucial en los bebés para mantener la temperatura corporal.
"La capacidad del tejido adiposo marrón para oxidar la grasa y disipar la energía en forma de calor ha centrado la atención de los investigadores en su potencial como diana terapéutica para tratar diversas condiciones metabólicas, incluidas la obesidad y la diabetes", explicó Laura Herrero, directora de la investigación.
Tradicionalmente, la presencia de tejido adiposo marrón se consideraba residual en los seres humanos adultos, y se pensaba que solo estaba en los bebés, pero en 2009 grupos de investigación independientes detectaron la presencia de tejido adiposo marrón en humanos adultos, y constataron que disminuye con el envejecimiento, la obesidad y la diabetes.