Tener sexo en la regadera es una práctica sexual que puede ayudar mucho a las relaciones de pareja, además de que es un momento muy sensual y placentero.
Cuando piensas que no hay tiempo para compartir con tu pareja, aprovecha cada instante y procura compartirlo con ella.
Ese momento justo donde ves que tu pareja se prepara para meterse a la ducha es el instante correcto para correr detrás de ella y observarla para después acompañarla y disfrutar del momento.
En WTF Online te decimos algunos beneficios del sexo en la ducha:
Nuevas sensaciones
Sentir los cuerpos húmedos, las diferentes temperaturas del agua, la desnudez total de los cuerpos, hace de este momento una experiencia donde la intimidad y la complicidad se ven reforzados en la pareja.
Fantasías
El salir de la habitación a un ambiente diferente trae muchas novedades en las sensaciones y las experiencias eróticas, en la ducha puedes encontrar diversas maneras de tener encuentros sexuales y cada vez perfeccionar la técnica y hacerlo más placentero.
Desinhibición
En la ducha no es una opción el mantener la ropa puesta, por lo que la desnudez se presenta en plenitud, poder mirar, tocar, sentir y disfrutar en su totalidad a tu pareja, harán que la desinhibición desaparezca en la relación de pareja, además de que la confianza y la complicidad vendrán de la mano.
Sexualidad creativa
Tener sexo en otros lugares, harán que tu vida sexual se torne más creativa, ya que cada vez pensarás más en planear nuevos lugares, nuevos contextos, nuevas maneras, dejando a un lado la rutina y el aburrimiento que pueden llevar abajo una relación.
En contexto
Por otro lado, estudios anteriores han sugerido que el sexo desempeña un papel clave en el vínculo con la pareja y el nivel de satisfacción con la relación. Pero, según Andrea Meltzer, investigadora de la Universidad Estatal de Florida, no explican cómo “las personas siguen estando vinculadas como pareja entre un acto sexual y el siguiente”. En un nuevo estudio publicado en la revista Association for Psychological Science (Asociación para la ciencia psicológica), introduce el término de “resplandor posterior al sexo” para explicarlo. Meltzer descubrió que el efecto positivo del sexo en las relaciones puede perdurar después del acto, pero solo hasta un máximo de 48 horas.