El sexo no solo se puede practicar durante el embarazo, sino que se recomienda, siempre que se desee por ambas partes. El sexo ofrece muchos más beneficios a la madre y al feto, que contraindicaciones.
Las hormonas que se liberan gracias al juego erótico y sexual, los orgasmos o cualquier otra práctica placentera, son favorables tanto para la madre como para el bebé. Además facilitan la liberación de estrés, originado por los miedos y los cambios, sobre todo en las primerizas, o por querer seguir el mismo ritmo de vida que antes del embarazo.
Según La República.pe, es habitual tener que modificar ciertas prácticas sexuales, mayor cuidado, bajar la intensidad, que no la pasión, o frenar si aparece algún tipo de molestia. Recuerde que el sexo no es únicamente estimulación genital, penetración y orgasmos, que es lo que suele generar más reparo a las parejas embarazadas.
También lo son otras muestras de afecto como el contacto físico, las caricias, los masajes, los besos, las palabras bonitas y los mimos, hacia ambas partes de la pareja, y el juego erótico.
¿El deseo desaparece o disminuye durante el embarazo?
La sexualidad está en el cerebro más que en ningún otro lado. Si la futura mamá se encuentra bien y vivía su sexualidad de manera satisfactoria antes del embarazo, el deseo no tiene por qué desaparecer. En cualquier caso, lo ideal es preguntar qué desea y facilitarle la sesión, si así lo solicita o lo consideramos necesario.
Algunas personas tienen miedos y creen incluso que es un acto sucio o fuera de lugar en ese estado, pero no dejan de ser mitos o creencias irracionales, la mayoría transmitidos cultural y familiarmente. Sí es cierto que se pueden notar diferencias en cuanto al deseo y otros aspectos, según el trimestre en el que se encuentre.
También les ocurre a ellos. El sexo puede resultar muy diferente e incluso sorprendentemente placentera, según su experiencia y el momento en el que se encuentre.