La falta de regularidad sexual es muy bien percibida por el cuerpo. En muchas parejas, el sexo pasa a segundo plano ya sea por cansancio, por apatía o por cualquier otra excusa. Esto tiene más de un impacto y se evidencia en el cuerpo y la mente a partir de la primera semana de sequía sexual.
Según un estudio de Medical Daily, a los pocos días de abstinencia sexual, puedes ganar unos gramos o kilos de más, tener mal humor e incluso ir perdiendo el interés por el paso del tiempo.
El sitio Prevention también trató el tema y enumeró siete efectos si dejas de tener sexo. Unas son peores que otras.
Aumenta la ansiedad
El sexo ayuda a las personas a desahogarse. Según un estudio elaborado por investigadores escoceses, aquellas personas que se abstienen de tener relaciones sexuales durante una temporada sufren más problemas para enfrentarse a situaciones estresantes como hablar en público, frente a las que practican sexo al menos una vez cada dos semanas.
¿Por qué? Los investigadores explicaron que cuando practicamos sexo nuestro cerebro libera endorfinas y oxitocina, lo que nos ayuda a sentirnos más relajados y a gusto, así lo informa La República.
¿Por qué? Los investigadores explicaron que cuando practicamos sexo nuestro cerebro libera endorfinas y oxitocina, lo que nos ayuda a sentirnos más relajados y a gusto con nosotros mismos. Al dejar de practicarlo, acumulamos altos niveles de estrés. Por suerte, tiene fácil solución.
En los hombres aumenta el riesgo de cáncer de próstata
Los hombres que dejan de practicar sexo pierden los beneficios que éste proporciona a su próstata. Al menos así lo demostró una investigación publicada en The American Urological Association, según el cual aquellos hombres que disfrutan de una vida sexual completa reducen el riesgo de cáncer de próstata hasta en un 20%. Entre las razones que explican esta saludable ventaja, los autores recalcaron que las eyaculaciones frecuentes ayudan a eliminar sustancias potencialmente dañinas para este órgano glandular.
Pero sólo es necesario contar hasta la conquista número 20, según especifica otro estudio publicado en la revista Cancer Epidemiology y elaborado por científicos de la Universidad de Montreal y el Instituto Armand Frappier. Según este trabajo, los hombres que se acuestan con más de una veintena de mujeres a lo largo de su vida reducen en un 28% las posibilidades de desarrollar este tipo de cáncer.
Más susceptibles a resfriados y gripes
Aunque cierto es que practicar menos sexo se traduce en una menor exposición a bacterias y gérmenes ajenos, también provoca que nuestro sistema inmunológico se encuentre en peores condiciones para defendernos ante virus comunes como la gripe o el resfriado.
Una investigación elaborada en la Universidad de Pensilvania encontró que las personas que practican sexo una o dos veces por semana incrementan hasta en un 30% los niveles de inmunoglobulina A, los anticuerpos presentes en las membranas mucosas, particularmente en las paredes internas de las vías respiratorias y el tracto gastrointestinal, así como en la saliva y las lágrimas, fundamentales para impedir el desarrollo de virus como el del resfriado común.
¡Una buena! Disminuye el riesgo de infecciones urinarias
Según explica el artículo de Prevention, “casi el 80% de las infecciones del tracto urinario se producen en las 24 horas después de haber mantenido una relación sexual”. Éstas se producen cuando, durante el coito, las bacterias de la vagina son arrastradas dentro de la uretra, y provocan esas dolorosas y molestas infecciones de orina. La solución: mantener una serie de medidas de higiene postcoital; y, la más sencilla, orinar después.
Deterioro de la relación
Según los expertos, no tener relaciones sexuales con nuestras parejas afecta directamente nuestra felicidad, vida íntima y, especialmente, al grado de seguridad y satisfacción con nuestra relación. “Un matrimonio sin sexo supone un duro golpe a la autoestima, lo que genera sensación de culpa, y además disminuyen los niveles de oxitocina y otras hormonas relacionadas con los sentimientos de unión y felicidad con los demás”, dice Les Parrott, psicólogo y autor 'Saving Your Marriage Before It Starts' (Zondervan).
No obstante, el experto trata de sacar el lado positivo y asegura que “el sexo es sólo una expresión de la intimidad de las parejas. Besar, tomarse de las manos, elogiar y hacer regalos inesperados a la otra persona también pueden ayudarnos a sentirnos conectados con la otra persona emocionalmente, incluso si no tienen apenas contacto físico”.
Aumenta el riesgo de disfunción eréctil
Mantener el miembro viril inactivo durante demasiado tiempo aumenta las posibilidades de que no responda tal y como se espera. Según un estudio publicado en el American Journal of Medicine, el riesgo de sufrir una disfunción eréctil se duplicaba frente a aquellos varones que practican sexo al menos una vez a la semana. Los investigadores explicaron que esto ocurre porque el pene es un músculo que, como cualquier otro, hay que ejercitar: al mantenerlo activo habitualmente se mantiene en plena forma y se preserva toda su potencia.
En las mujeres aumenta la depresión, aunque no sólo por falta de sexo
Según un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior, las mujeres cuyas parejas usan condones no dejan de sentirse tristes pese a aumentar el número de relaciones sexuales a la semana. Al observar que en aquellas que practican sexo sin protección masculinos mejoraba su humor, los investigadores determinaron que la ausencia de algunos compuestos químicos que se encuentran en el semen –como la melatonina, la serotonina o la oxitocina–, podía ser la responsable de su estado de ánimo. Claro que esta afirmación, tal y como reconocieron los propios autores, es un arma de doble filo teniendo en cuenta los terribles riesgos de no utilizar anticonceptivos.