Los factores de riesgo vascular, como obesidad, presión arterial alta, diabetes, colesterol alto y tabaquismo, están asociados a altos niveles de una proteína vinculada a la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado hoy en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
La investigación, realizada por un grupo de expertos de la escuela de medicina de la universidad John Hopkins, recupera información de 346 personas que no tenían la enfermedad, pero que tenían alguno de los factores de riesgo para trastornos vasculares.
"Una creciente evidencia respalda que los factores de riesgo vascular tienen un rol en el desarrollo y la etiología de la enfermedad de Alzheimer", sostienen los autores en el estudio, liderados por la investigadora Rebecca Gottesman.
"La mayoría de estos riesgos, incluyendo hipertensión, diabetes, tabaquismo y colesterol alto, han estado asociados con el riesgo de demencia en general y con la enfermedad de Alzheimer en particular", añade el texto.
Gottesman y su equipo examinaron los datos de 346 individuos a los que entre 1987 y 1989 se les siguieron los factores de riesgo vascular y, en el período 2011-2013, participaron en un estudio con imágenes que permitió identificar la presencia de la proteína amiloide en el cerebro, un biomarcador vinculado al Alzheimer.
La disponibilidad de estas imágenes permitió estudiar a los individuos antes de que desarrollaran algún tipo de demencia y, de esa manera, considerar el papel que los trastornos vasculares y la proteína habían tenido.
"Un alto número de factores de riesgo vascular en la mediana edad, pero no en la vejez, estuvo asociado con una elevada proteína amiloide en el cerebro", concluyeron los investigadores en su estudio.
"El 31 % de los individuos con cero factores de riesgo vascular en edad mediana tenía amiloide elevado al llegar a una edad avanzada, en contraste con el 61 % de los individuos con al menos dos factores de riesgo vascular en edad mediana que tenían un amiloide elevado en la vejez", puntualiza el texto.
Para los autores, estos resultados "son consecuentes" con la idea de que los trastornos vasculares tienen un papel en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.