Glaucoma, el ladrón silencioso de la vista

El glaucoma es una enfermedad que causa ceguera si no se descubre a tiempo, ya que a medida que avanza va reduciendo el campo visual hasta dañar por completo la vista.

Según el Dr. Rigoberto Cartagena, gerente médico de Fudem, generalmente este padecimiento no presenta síntomas tempranos, si no hasta que está en una etapa avanzada. Añade que en su mayoría se presenta en edades entre 40 y 80 años. Sin embargo, también hay casos de niños que nacen con esta patología.

“Esta enfermedad se caracteriza por un aumento de la presión dentro del ojo, debido a una acumulación de líquido, conocido como humor acuoso”, explicó Cartagena.

En circunstancias normales, la cantidad de fluido que se produce en el ojo es casi la misma que sale, como resultado la presión se mantiene dentro de límites normales, pero si existe un bloqueo y el humor acuoso no puede salir normalmente, la presión interna del ojo aumentará y al cabo de algún tiempo esta presión dañara el nervio óptico, con pérdida del campo visual y por consiguiente de la visión.

“El daño puede progresar tan lentamente que la persona no se da cuenta de la pérdida gradual de la vista. Se va perdiendo progresivamente, causando una reducción del campo visual, esto puede conducir a la visión en ‘túnel’ que es como estar mirando a través de un tubo largo y angosto, hasta que, finalmente, se establece una ceguera irreversible”, explicó el oftalmólogo.

Algunas personas experimentan síntomas vagos, que son advertencias importantes para las que necesitan un examen completo de los ojos. Los síntomas pueden incluir una necesidad de cambiar frecuentemente los lentes, dificultad de adaptarse a habitaciones oscuras, pérdida de la visión lateral y visión borrosa, algunas personas pueden ver halos o arco iris alrededor de las luces o dolor de cabeza, entre otros.

Factores de riesgo

El Dr. Cartagena detalla que existe una serie de factores de riesgo, los cuales aumentan la probabilidad de padecer glaucoma y se presentan en pacientes que tienen graduaciones altas de miopía o hipermetropía.

La personas diabéticas y con hipertensión arterial también son propensas a padecer esta patología, así como aquellas que han tenido lesiones oculares o se les ha realizado cualquier tipo de cirugía en estos órganos.

Con frecuencia el glaucoma puede ser causado por otras afecciones o enfermedades oculares. Esta condición se conoce como glaucoma secundario. Por ejemplo, alguien que tiene un tumor, o personas que se han sometido a una terapia de esteroides por un largo período, tienen más probabilidades de desarrollar un glaucoma secundario.

Según Cartagena, en El Salvador no existen tasas establecidas sobre glaucoma, pero se calcula que alrededor de 2 de cada 100 personas tienen cifras de presión intraocular por encima de lo normal, las personas con alto riesgo incluye a los diabéticos o aquellos que tienen familiares con ella. Por lo tanto, lo recomendable es que las personas que tienen antecedentes familiares de esa enfermedad deben chequearse regularmente con el oftalmólogo.

Tratamiento

A pesar de que el glaucoma no se puede curar, en la mayoría de los casos puede controlarse con éxito con un tratamiento apropiado.

Según informa El Salvador.com, el glaucoma es una condición crónica que puede durar toda la vida, que requiere observación continua, para mantener la presión intraocular bajo control y por lo tanto ayudar a prevenir la pérdida de la visión. Cuanto antes sea descubierta y tratada esta condición, mayor es el éxito en prevenir la pérdida de la visión.

Su diagnóstico solamente puede hacerse por medio de un examen de los ojos, el cual incluye una medida de la presión ocular, es simple y no causa dolor. Primero el doctor le aplica una gota de anestesia en cada ojo y luego procede a tocar suavemente el ojo con un aparato llamado tonómetro.

La mayoría de personas que padecen glaucoma pueden evitar su progresión con tratamiento médico generalmente gotas (oculares) y un seguimiento adecuado por parte del oftalmólogo. En ocasiones, el tratamiento con láser puede ser beneficioso.

En casos avanzados o en aquellos en que el tratamiento médico es insuficiente puede ser necesaria una intervención quirúrgica.