Hace unos días en nuestro post de por qué los tomates ya no saben como antes, hablábamos de algunos procesos genéticos que con el paso del tiempo han desembocado en la pérdida del sabor clásico de los tomates de antaño.
Hoy volvemos a retomar el tema para saber cuál es la manera óptima de saborear este manjar que, para muchos, es el tomate. Tomates crudos o cocinados: ¿cuál es la mejor opción de consumo?
Los beneficios que nos otorgan los tomates son más que conocidos, recordemos que consumir tomates de forma habitual puede reducir el riesgo de ictus hasta un 59%. Entre los nutrientes que cabe destacar de este fruto está su contenido en vitaminas, ácido fólico, polifenoles y antioxidantes, donde destaca potencialmente su contenido en licopeno.
Aunque comer frutas y verduras crudas es una práctica de lo más saludable, ya que en muchas ocasiones su exposición al calor hace que pierdan parte de sus nutrientes iniciales, en el caso del tomate, aunque su cocinado disminuya en parte su contenido en vitamina C (aprox. un 10%), su cocción nos va a ofrecer beneficios mayores en otros aspectos.
Beneficios tras el cocinado del tomate: importancia del licopeno
Según el estudio Propiedades funcionales y beneficios para la salud del licopeno, publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, la cocción del tomate implica una intensificación potencial del licopeno antioxidante si lo comparamos con la que posee el tomate crudo. Además, se recomienda cocinarlo con aceite de oliva y comerlo de modo completo, conservando piel y semillas.
Según el estudio al que hacemos referencia, el licopeno es uno de los antioxidantes naturales más potentes y, además, posee beneficios a la hora de eliminar el estrés oxidativo del organismo, mejorar la mucosa intestinal y la función metabólica en general.
Partiendo de que el contenido en agua del tomate crudo es superior al 90%, según datos del Department of Agriculture Nutrient Database 100g de tomate crudo nos brinda una cantidad de 2500 mcg de licopeno, mientras que si calculamos este mismo contenido en antioxidantes en el caso del tomate cocinado, comprobamos que esa misma cantidad contiene cerca de 29000mcg de licopeno.
Una diferencia antioxidante extraordinaria tras su cocinado y pérdida de agua inicial, proceso mediante el cual se destruyen las paredes celulares del alimento permitiendo una absorción antioxidante óptima, así lo informa Vitónica.