Hace algunos meses, la consultora estadounidense Bloomberg advirtió sobre el consumo masivo de café en los Millennials que se estaba dando en el mundo. La demanda no solo creció en los países que más consumen, sino que son muchos los sitios que comenzaron a experimentar como el grupo demográfico de entre 19 y 34 años prefiere esta bebida milenaria por sobre otras.
El café es una clásica infusión. Tomar una taza, acompañada con leche, con o sin azúcar, es parte de la rutina diaria de muchas personas que eligen esta bebida sin importar el lugar o el horario. En los últimos días, una investigación estadounidense consolida la idea de consumir un café a diario, ya que otorgaría un beneficio clave para las personas: prolongaría su vida.
El estudio surgió por un equipo de investigadores del Instituto para la Inmunidad, el Trasplante y la Infección de la Universidad de Stanford en California (Estados Unidos), quienes creen haber descubierto uno de los mecanismos subyacentes a esta asociación.
Los expertos fueron contundentes: el consumo de cafeína contrarrestaría el proceso inflamatorio que podría impulsar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la vida adulta. De allí surge que la cafeína, gracias a sus propiedades anti-inflamatorias, aumenta la vida útil.
Para realizar el informe, publicado en la revista Nature Medicine, los investigadores analizaron los procesos inflamatorios que podrían contribuir a la mala salud del corazón en la edad avanzada, analizando un grupo de adultos sanos de entre 20 y 30 años de edad, y un grupo de adultos sanos mayores de 60 años. Al evaluar las muestras de sangre de cada participante, identificaron dos grupos de genes que estaban más activos en el grupo de mayor edad. Dichos genes estaban vinculados a la producción de IL-1-beta, un tipo de proteína que elabora leucocitos y que se produce en grandes cantidades como respuesta a infecciones o cualquier tipo de lesión o estrés.
Fue ese el punto que llevó a los expertos a examinar la historia médica de cada uno de los participantes mayores. Esta "segunda investigación" posterior reveló que los participantes más mayores, que tenían alta actividad del grupo de genes, también eran significativamente más propensos a tener rigidez arterial -un factor de riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular- en comparación con los sujetos que tenían baja actividad del grupo de genes.
Los autores del estudio encontraron que la sangre de los adultos mayores con una actividad baja en estos grupos de genes, era más probable que contuviese metabolitos de cafeína.
"Que algo que mucha gente beba y realmente le guste beber pueda tener un beneficio directo fue una gran sorpresa para nosotros. Lo que hemos demostrado es una correlación entre el consumo de cafeína y la longevidad. Y hemos demostrado más rigurosamente, en pruebas de laboratorio, un mecanismo muy plausible para explicar por qué esto podría ser así", dijo el profesor Mark Davis, líder del trabajo.
Según Infobae, al incubar células inmunitarias con los metabolitos de la cafeína y los metabolitos de ácidos nucleicos, descubrieron que los metabolitos de la cafeína impidieron los efectos inflamatorios de los metabolitos de los ácidos nucleicos.