Cuántas veces no hemos visto a alguien con demasiadas malas pulgas y nos hemos preguntado cuánto tiempo llevaba sin mantener sexo. Esta situación no solo no es un mito, sino que es completamente extrapolable al entorno laboral según un nuevo estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregón.
Tras estudiar a 159 trabajadores casados, los investigadores llegaron a la conclusión de que aquellos que habían mantenido sexo la noche anterior eran mucho más eficientes y se comprometían más con su trabajo. Además, también se apreciaba que disfrutaban más de su puesto de trabajo, de trabajar duro y tenían más fácil conseguir un ascenso.
Según Keith Leavitt, uno de los autores del estudio, "mantener una relación saludable que incluya una vida sexual activa ayuda a que los empleados se sientan más felices en sus puestos de trabajo, lo que beneficia a ellos mismos y a la empresa donde desarrollan su labor".
El experto asegura que tener una vida sexual activa hace que las personas den esquinazo al estrés y se desencadena la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado a los centros de recompensa en el cerebro, así lo informa Quo.
Los tres pasos que garantizan el orgasmo femenino
Entre todas las desigualdades que sufrimos las mujeres hay que incluir otra más: la 'brecha' del orgasmo femenino. Es bien sabido por la sociedad que los hombres tienen mucha más facilidad para alcanzar el clímax que las mujeres y, a pesar de los tiempos que corren, hay varones que siguen sin dar importancia a este detalle.
Un reciente estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Indiana y la Universidad de Chapman encuestó a más de 52.000 personas, entre las que se incluían heterosexuales, homosexuales, lesbianas y personas bisexuales de ambos sexos con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años. Tras analizar los datos se dieron cuenta de que hay tres importantes pasos que pueden garantizar el orgasmo de la mujer: besos intensos, estimulación genital y sexo oral.
El estudio, publicado en la revista Archives of Sexual Behavior muestra una contradicción que cuadra perfectamente con la sabiduría popular. De todos los encuestados, el 95% de los hombres heterosexuales informaron que habían tenido al menos un orgasmo durante el acto sexual con su pareja, frente al 65% de mujeres heterosexuales.
De hecho, las mujeres heterosexuales fueron las que peores situaciones sexuales reportaron. Las mujeres bisexuales habían disfrutado al menos de un orgasmo en el 66% de encuentros y las lesbianas un 86%. Para los hombres bisexuales, la cifra fue de un 88%, el cual aumentó a un 89% en el caso de hombres homosexuales.
Según explican los investigadores, la clave para acabar con esta brecha en el caso de orgasmos de las mujeres heterosexuales es la educación. Casi el 30% de los hombres piensan todavía que el coito vaginal es la mejor manera de que las mujeres alcancen el orgasmo y, como reconoce Elisabeth Lloyd, autora principal de la investigación, "esto no podría estar más alejado de la realidad". Solo el 35% de las féminas heterosexuales alcanzaron el orgasmo durante el sexo vaginal. Sin embargo, el 80% de mujeres heterosexuales y el 91% de lesbianas alcanzaron el orgasmo cuando se utilizó "el trío de oro".
Pero el citado trío no es lo único que ayuda. Estar satisfechas con su relación, pedir lo que desean en la cama, ser alabadas por su pareja en estas circunstancias, usar ropa interior atractiva, la estimulación anal y realizar fantasías, también ayuda. La biología del orgasmo femenino es decididamente más compleja que la del hombre y este estudio pone de relieve este hecho. En el caso de ellas, la psicología está mucho más implicada que en el de los varones.