Imagine el lector que tiene un tipo de cáncer que pone su vida en peligro y que un medicamento maravilloso lo ha mantenido en remisión por años. ¿Se arriesgaría a dejar de tomarlo?
Miles de personas con un cáncer de sangre llamado leucemia mieloide crónica, o CML, ahora tienen esa opción.
Nuevas directrices para tratamientos en Estados Unidos dicen que ciertos pacientes pueden optar por dejar de tomar Gleevec o medicamentos parecidos, que por mucho tiempo se pensó que tenían que tomar por el resto de sus vidas. Solo se trata de una o dos pastillas, al día pero los medicamentos son caros y tienen efectos colaterales.
Un estudio europeo reciente halló que es seguro que un número cuidadosamente selecto de pacientes prueba esta alternativa, y un estudio en Estados Unidos que espera confirmar esto acaba terminar el proceso de inscripción.
"Nuestra meta es realmente curar la CML, que es esencial para tener pacientes libres de medicamentos", dijo el doctor Ehab Atallah, experto en leucemia en el Medical College de Wisconsin, uno de los jefes del estudio en Estados Unidos. "Esperamos saber mejor quién puede dejar de tomar los medicamentos y quién no puede".
Algunos pacientes quieren tratar, pero otros no se atreven.
"Es como jugar a la ruleta rusa", dijo Jee-Won Schally, de 54 años, exmaestro de historia de Milwaukee, quien ha tomado Gleevec durante 10 años y no quiere dejar de tomarlo.
Doug Jensen, de 83 años, tampoco quiere dejar de tomar el medicamento. El ingeniero retirado que vive cerca de Portland, Oregon, todavía reciben el medicamento gratis porque participó en el estudio que comprobó que sí funcionaba.
Pero para Nina Schlidt, de 67 años, dejar de tomar un medicamento parecido hace dos años fue maravilloso y "enviado del cielo, financieramente". Pero su esposo aplazó su retiro hasta los 70 años para mantener el seguro médico que cubre su medicamento, que de otra manera le hubiera costado miles de dólares.
Meghann Bell, de 38 años, directora de mercadeo en Seattle, dejó de tomar Gleevec en el 2010 para tener hijos porque el medicamento no era seguro durante el embarazo. Tras dar a luz volvió a tomar la droga, luego, hace dos años y medio, decidió dejar de tomarla de nuevo.
CML, que comienza en la médula ósea, tiene características singulares. Otros tipos de cáncer, como cáncer de mama o de colon, son tratados con cirugía o con un tratamiento de radiación o medicamentos. Con estos tratamientos, a veces el tumor desaparece, otras veces no, puede recurrir o desaparecer del todo. Pero una vez que el CML se desarrolla, se ha considerado como amenaza de por vida. Casi siempre es causado por una imperfección en los genes que generalmente se desarrolla durante el transcurso de la vida, contrario a casos hereditarios.
Gleevec bloquea la actividad de los genes en más de 90% de los pacientes. La aprobación del medicamento en el 2001 transformó al CML de enfermedad mortal o condición crónica para la mayoría de pacientes, y ahora entre 36.000 y 100.000 estadounidenses viven con esta condición, de acuerdo con cálculos de la Sociedad de Leucemia y Linfoma.