La especialista Mercedes Ricote, alerta sobre un "exceso de uso" de omeprazol, tanto por prescripción médica como por compra sin receta, a pesar de los efectos para la salud de un uso inadecuado.
El omeprazol es el uno de los fármacos más consumidos y el antiácido más utilizado, sobre todo para acabar con la acidez estomacal. Aunque su venta a través de receta médica del Sistema Nacional de Salud, no ha aumentado en los últimos años sino todo lo contrario, para la doctora eso "no significa que no estemos en dosis muy altas de consumo".
Según cifras en 2013 se vendieron 54.369.414 envases, frente a los 53.562.647 de 2014 y los 52.300.620 de 2015. Unas cifras que, según la doctora Ricote, constatan un "exceso" de prescripción por parte de los médicos. A ello hay que añadir los envases que se compran sin receta y que escapan a cualquier contabilidad.
La especialista pone de relieve que se ha generalizado la idea de que este medicamento es un "protector" y que los ciudadanos lo usan "con la sensación de estar mejorando o evitando los efectos secundarios de otros fármacos y como antiácido". Incluso, señala, algunas personas lo toman como "prevención de los efectos de un exceso de comida o bebida", ya que el omeprazol ayuda a disminuir el ácido que el estómago produce.
La doctora incide en que el omeprazol es un medicamento "y como tal tiene unas indicaciones muy establecidas que el médico de familia conoce" y es éste el encargado de determinar si el paciente lo necesita o no.
El omeprazol de venta libre se utiliza para tratar la acidez estomacal frecuente (cuando ocurre dos o más días a la semana), pero, según Ricote, no se debe ingerir de forma puntual para el alivio inmediato de esos síntomas, pues se necesita un tratamiento continuado para obtener todos los beneficios del fármaco. "No es un medicamento para evitar la acidez estomacal de un día puntual secundaria a un exceso de comida o bebida", advierte.
La doctora Ricote incide en la importancia de "sacar del error" a los ciudadanos sobre los "beneficios" del medicamento a través de los profesionales sanitarios, pero también de los medios de comunicación, que deberían "hacerse eco de este problema".
Consecuencias para la salud
Un uso abusivo o inadecuado de este fármaco puede tener consecuencias para la salud de las personas, tales como infecciones digestivas: el aumento del ph gástrico puede favorecer la colonización del tubo digestivo por patógenos, como la salmonella, y producir diarrea grave, así como un déficit en la absorción de algunas vitaminas como la B12.
Además, los pacientes que se automedican y que notan que han desaparecido los síntomas gástricos, no consultan al médico y "pueden retrasar el diagnóstico de enfermedades tan importantes como el cáncer de esófago o de estómago".
Aunque es raro, "también puede producir disminución de los niveles de magnesio y calcio, especialmente en tratamientos largos", y también se ha asociado a un incremento del riesgo de fractura de cadera, muñeca o vertebral.