Conozca el síndrome de la úlcera rectal solitaria y sus consecuencias

Los especialistas, L. Crespo Pérez, V. Moreira Vicente, C. Redondo Verge1, A. López San Román y J. M. Milicua Salamero, del Departamento de Gastroenterología. Departamento de Anatomía Patológica. Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, diagnostican esta enfermedad, como una entidad benigna poco común cuyos síntomas más frecuentes son la rectorragia y el dolor anal.

Al padecer esta patología, se suele evidenciar engrosamiento de la mucosa, elongación y distorsión de las glándulas, una lámina propia edematosa con gran cantidad de colágena y engrosamiento de la muscularis mucosae. O al fino estrato de fibras musculares que forma parte de la mucosa que tapiza la pared interna de diferentes órganos del tubo digestivo, principalmente esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso.El diagnóstico se realiza mediante endoscopia con toma de biopsias, según informa la página Noticias 24.

No siempre se trata de lesiones ulceradas. Se suele localizar preferentemente en la cara rectal anterior y/o lateral, aunque hasta un 30% de las lesiones son múltiples, existiendo casos de afectación del colon sigmoide y descendente.

El intestino grueso o colon es la última porción del aparato digestivo y mide alrededor de 1.5 m de longitud. Se divide en 4 partes:
Colon ascendente: situado en el lado derecho del abdomen.
Colon transverso: atraviesa el abdomen desde el lado derecho hacia el izquierdo.
Colon descendente: desciende por el lado izquierdo del abdomen.
Colon sigmoide: tiene este nombre por su forma de “S”.

Por tanto, la presentación puede ser heterogénea y este es el motivo por el que esta entidad es también conocida como la “enfermedad de las tres mentiras”. Estos especialista presentan un caso de síndrome de la ulcera rectal solitaria manifestado endoscópicamente como una placa eritematosa localizada en la cara lateral izquierda del recto.

El síndrome de la úlcera rectal solitaria (SURS) es un trastorno crónico benigno caracterizado por una combinación de síntomas, hallazgos endoscópicos y alteraciones histopatológicas. En 1969, Madigan y Morson establecieron por primera vez los criterios clínicos e histológicos para definir esta entidad basándose en una serie de 68 casos.

Se trata de una entidad poco común cuya incidencia se estima en 1-3 casos por 100.000 habitantes y año (4,5). Como consecuencia directa de su rareza esta patología inicialmente se puede confundir con otras enfermedades digestivas, especialmente con neoplasias o la enfermedad inflamatoria intestinal.

En una serie de 25 pacientes con SURS y diagnóstico incorrecto inicial, el tiempo medio desde el momento de la consulta hasta el diagnóstico definitivo fue 5 años; los pacientes con lesiones ulceradas o con “parches” de mucosa hiperémica habían sido etiquetados de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, y las formas polipoides habían sido confundidas con pólipos neoplásicos.

Se estima que hasta un 20% de los pacientes tienen diarrea en lugar de estreñimiento y sorprendentemente hasta el 25% de los pacientes no presenta ningún síntoma, realizándose el diagnóstico de forma incidental.

El aspecto macroscópico típico, presente en el 57% de los casos, es el de una úlcera entre 0,5 y 5 cm, superficial, rodeada ocasionalmente por un halo eritematoso, de fondo blanquecino, gris o amarillento.

La morfología de la úlcera es variable, pudiendo ser redondeada, ovalada, lineal, serpinginosa o estrellada. Suelen ser lesiones únicas localizadas en la cara anterior y/o lateral del recto. De todos modos, hasta un 30% de las lesiones son múltiples y existen casos descritos de afectación del colon sigmoide y descendente.

En el 25% de los casos se identifican lesiones polipoides y sólo en un 18% “parches” de mucosa hiperémica. Por tanto, la presentación de esta patología puede ser muy heterogénea, ya que con frecuencia no existe una imagen clara de úlcera o se aprecian lesiones múltiples o las lesiones no están localizadas en el recto, motivo por el cual se le ha denominado “enfermedad de las tres mentiras”.

La toma de biopsias es obligada para poder establecer el diagnóstico definitivo de forma segura. En ocasiones estas lesiones son subestimadas durante la exploración endoscópica y no son biopsiadas, especialmente la variante de nuestro caso clínico, al ser simples “parches” de mucosa edematosa y eritematosa que pueden confundirse con pequeños traumatismos del endoscopio sobre la mucosa colorrectal o con lesiones mucosas secundarias a la limpieza del colon.

En general se suele evidenciar engrosamiento de la mucosa, elongación y distorsión de las glándulas, una lámina propia edematosa con gran cantidad de colágena y con variable proliferación fibromuscular (“obliteración fibromuscular”) y engrosamiento de la muscularis mucosae, con fibras musculares que ascienden verticalizadas y engloban las criptas produciendo desorganización de la arquitectura.

Ocasionalmente el SURS resulta difícil de diferenciar de la enfermedad inflamatoria intestinal, especialmente en casos de colitis ulcerosa. Uza y cols. describieron recientemente el caso de un paciente con pancolitis ulcerosa de larga de evolución, al que se realizó una colonoscopia objetivándose la existencia de una masa en la cara rectal anterior con una úlcera lineal en su superficie.

Tratamiento

El tratamiento del SURS es problemático y no se pueden realizar recomendaciones terapéuticas firmes. Conviene tranquilizar al paciente en cuanto a la naturaleza benigna de la enfermedad y solicitar su colaboración durante un largo periodo de tiempo. Existen cuatro pilares básicos de tratamiento: médidas higiénico-dietéticas, tratamiento farmacológico, “biofeedback” y cirugía.

De todos modos, es frecuente que el paciente presente mejoría sintomática tras la utilización de las distintas posibilidades terapéuticas, si bien los hallazgos endoscópicos y/o histológicos pueden no desaparecer.