Dos nuevos estudios clínicos confirman la eficacia de una vacuna experimental contra la malaria, elaborada a partir de la forma activa del parásito responsable de la enfermedad.
Un estudio fue llevado a cabo en 88 adultos en Malí, y el otro fue realizado en Alemania, en 35 adultos. Ambas investigaciones dieron "resultados muy alentadores", con un "nivel de protección significativo", según el laboratorio estadounidense Sanaria, que desarrolla la vacuna, llamada PfSPZ.
La malaria – o paludismo – está provocada por parásitos de tipo Plasmodium, principalmente el Plasmodium falciparum, el más mortal.
El estudio realizado en una zona rural de Malí, publicado el jueves en la revista The Lancet, consiste en inyectar, directamente en la sangre de los voluntarios sanos, el Plasmodium falciparum en una fase precoz de su desarrollo (esporozoíto) y atenuado por irradiación.
Seis meses después de haber realizado cinco inyecciones, 93% del grupo que recibió el placebo resultó infectado al menos una vez por el parásito, pero esta proporción se redujo a 66% entre las personas que habían recibido la vacuna.
– 'Mayor nivel de protección' –
Lo que es más importante sin embargo es que se trata del "mayor nivel de protección jamás obtenido por una vacuna contra el paludismo", destacó Stephen Hoffman, director general y fundador de Sanaria, interrogado por la AFP.
Sanaria ya realizó un estudio parecido en 2013, efectuado en 57 personas, pero no sobre una población naturalmente expuesta a la malaria, agregó.
El segundo estudio, realizado en colaboración con el Instituto de Medicina Tropical de Tubingen (Alemania), publicado el miércoles en la revista Nature, utilizó una versión no atenuada de los esporozoítos de Plasmodium falciparum, asociados a un medicamento contra la malaria, la cloroquina.
Los participantes recibieron tres inyecciones de la vacuna y luego fueron infectados de forma voluntaria por el Plasmodium falciparum, para probar su respuesta inmunitaria.
Las nueve personas que recibieron la mayor dosis de la vacuna, con cuatro semanas de intervalo entre cada inyección, resultaron todas protegidas contra la malaria, al menos durante 10 semanas después de la última inyección.
La protección también fue elevada (cinco voluntarios de ocho) entre los que recibieron la misma dosis pero en intervalos de cinco días entre las inyecciones, un plazo más compatible con una campaña de vacunación.
El nivel de protección era de 6 sobre 9 entre los que recibieron una dosis media, y de 3 sobre 9 entre los que recibieron una dosis más leve.
Otros estudios se están realizando en otros países, con tal de poder determinar la dosis y el modo de administración más eficaz.
"Otras investigaciones son necesarias para determinar si la vacuna podría ser eficaz en el marco de una estrategia de vacunación masiva contra la malaria", indicaron los autores.
La malaria, transmitida por mosquitos, afecta a casi 200 millones de personas en el mundo y provoca más de 400.000 muertes por año, principalmente en África subsahariana, según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).