El Gobierno de Nicaragua ha avanzado considerablemente en el acceso a la electricidad a través de fuentes renovables, destacando como ejemplo la Pequeña Central Hidroeléctrica (PCH) Benjamín Linder, ubicada en San José de Bocay, Jinotega, dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Natural Cerro Kilambé.
Este proyecto es un modelo de desarrollo sostenible y conservación, y fue recientemente visitado por el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARENA) para conocer los avances en la protección de los Patrimonios Naturales.
NOTA DE PRENSA INTEGRA
ENERGÍA LIMPIA EN BOCAY
El Gobierno de Nicaragua, ha logrado avances significativos en el acceso a la electricidad a través de fuentes renovables, como un claro ejemplo de ello es la Pequeña Central Hidroeléctrica (PCH) Benjamín Linder, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Reserva Natural Cerro Kilambé, en San José de Bocay, Jinotega, la cual fue visitada por el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales, MARENA, para conocer sus avances en la conservación de los Patrimonios Naturales.
Esta hidroeléctrica fue fundada en el año de 1994 y es propiedad de la Asociación Pro-desarrollo del Servicio Eléctrico Bocay (APRODELBO). Cuenta con una capacidad instalada de 230 kilovatios por hora (kWh) en época de verano, lo que equivale a una producción anual de 2,014,800 kWh, y beneficia con energía limpia a más de 2,000 familias de comunidades rurales y urbanas del municipio.
Para lograr su funcionamiento, la hidroeléctrica se abastece del agua que proviene de la presa artificial Benjamín Linder que tiene una profundidad de 1.5 metros y una superficie de 2,000 metros cuadrado, igualmente utiliza cinco microturbinas hidráulicas Pelton, que aprovechan el flujo de agua, la cual es conducida a través de una tubería de hierro. Este sistema permite reducir la dependencia de fuentes de energías contaminantes, como el búnker y minimiza la huella de carbono del país.
Además de su significativo aporte en términos de energía limpia, la Central Hidroeléctrica contribuye a la conservación de 700 manzanas de bosques vírgenes y promueve la regeneración de los bosques secundarios, garantizando la protección de la biodiversidad.
Desde el MARENA, se desarrollan actividades conjuntas, como el establecimiento de cercas vivas, la prevención de incendios, la implementación de sistemas agroforestales y silvopastoriles, así como el involucramiento en las jornadas ambientales.
Con esta iniciativa, el Buen Gobierno demuestra el compromiso con la transición hacia una matriz energética más limpia y accesible, fortaleciendo el modelo de resiliencia ante el cambio climático y el desarrollo local en armonía con la Madre Tierra.
