Intervención de la delegación del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de la República de nicaragua en la 51 asamblea general de la OEA.
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Cuarta sesión plenaria
Replicas al punto sobre Nicaragua
sede Guatemala, formato híbrido
12 de noviembre del 2021
Honorable Presidente del Consejo Permanente de la OEA,
Honorables Delegados de Estados y Gobiernos de nuestra América,
Señores Secretario General y Secretario General Adjunto,
Las declaraciones de algunos de los representantes de los Gobiernos de los Estados Miembros, el día de hoy, en contra del Pueblo Libre, Digno y Soberano de Nicaragua, quedarán registrados en la historia como uno de los más grotescos ataques en contra de la Democracia, los Principios del Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas y la misma Carta Fundacional de esta organización.
En su afán de querer dar lecciones a Nicaragua sobre como conducir sus asuntos internos y sobre cómo construir una democracia genuina y participativa, estos Gobiernos no se dan cuenta, o pretenden ocultar, el sufrimiento de sus propias sociedades.
A quien se le ocurre que Colombia disfruta de una democracia real, cuando miles de líderes indígenas y sociales han sido sistemáticamente
perseguidos y asesinados, todos ellos pudiendo haber si Alcaldes, Gobernadores, Diputados o Presidentes. Esto sin siquiera referirnos al rol del narcotráfico y crimen organizado en ese país o el hecho de que mercenarios colombianos son reclutados para cometer actos de terrorismo imperdonables, como el asesinato del Presidente Jovenel Moise, el 7 de Julio de este mismo año.
A quien se le ocurre afirmar que Brasil es una verdadera democracia, cuando el racismo y la discriminación estructural en ese país mantiene a su población afrodescendiente excluida de casi todos los procesos de toma de decisiones y en permanente pauperización. Los abusos y la negligencia de su gobierno también son notorios, evidentemente habiendo cometido crímenes de lesa humanidad en contra de su propio pueblo, por su “negacionismo del COVID19” y que ha resultado en la muerte de más de 600 mil hermanas y hermanos brasileños.
Lo dijimos ayer y lo repetiremos nuevamente hoy, la corrupción desgasta la administración pública y socaba el buen funcionamiento de la democracia, contamina además la independencia del poder judicial. El Caso Cochinilla revela que la corrupción ha echado raíces en el Gobierno de Costa Rica y los Panamá Papers también señalan que aparentemente algunos gobernantes y altos funcionarios de gobierno de Ecuador, Chile, Uruguay y Panamá, también han recurrido a prácticas económicas y financieras ilícitas.
Señor Presidente, siendo Guatemala anfitrión de esta 51 Asamblea General de la OEA, esperábamos contar con el respeto de su Gobierno, sin embargo, desafortunadamente eso no ha sido el caso. Recomendamos a la Delegación de Guatemala, por consideración a su propio Pueblo y al Pueblo de Nicaragua, desvincularse de esta campaña maliciosa y abstenerse de realizar declaraciones que atentan contra los Derechos de ciudadanas y ciudadanos nicaragüenses.
Lo mismo debemos recordar a la República Dominicana que contradice su propia historia y que de manera prepotente habla de la crisis en Haití, sin aceptar su cuota de responsabilidad, implementando políticas discriminatorias y xenofóbicas contra el hermano Pueblo de Haití. Exigimos respeto a República Dominicana, no solo para el Pueblo Nicaragüense sino para el Hermano Pueblo de Haití.
Estimado Señor Presidente,
A lo largo de nuestra historia diferentes Gobiernos de Estados Unidos han sido los peores agresores contra el Pueblo de Nicaragua. LOS GOBIERNOS DE ESE PAÍS, NO SU PUEBLO, QUE SIEMPRE HA SIDO SOLIDARIO.
En las manos de diferentes gobernantes estadounidenses está la sangre de cientos de miles de nicaragüenses que defendieron valientemente la Soberanía Nacional. Estados Unidos ha intervenido militarmente a Nicaragua, ha derrocado gobiernos e impuesto a gobernantes, ha protegido a dictadores y ha organizado y financiado guerras y terrorismo contra el Pueblo de Nicaragua.
Las pruebas más recientes de ello han sido el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en 1986; el fallido golpe de estado del 2018; la práctica perversa de imponer medidas unilaterales, ilegales, crueles y criminales que vulneran nuestro Derecho al Desarrollo; y hoy, nuevamente, a través de sus acciones que pretenden violentar los Derechos Civiles y Políticos de casi tres millones de nicaragüenses que ejercieron su Derecho Soberano al voto durante las elecciones generales del pasado 7 de noviembre.
Critican la Democracia en Nicaragua cuando su propio sistema político se cae a pedazos, cuando sistemáticamente excluyen a afroamericanos, latinos y pueblos originarios de ejercer su Derecho al voto. Donde no se garantiza la cadena de custodia del voto, ni existe una autoridad estatal electoral independiente y por ello, Señor Presidente, casi la mitad del electorado desconoce los resultados de las elecciones presidenciales del año 2020. Todo esto sin siquiera hablar de su historia de brutalidad policial y racismo que tortura, asesina o encarcela a miles, sino decenas de miles de afroamericanos anualmente.
Señoras y Señores,
Puedo decir con seguridad absoluta que Nicaragua avanza sobre las sendas de la Dignidad, la Paz y la Soberanía Nacional. En las elecciones del 7 de Noviembre, millones de nicaragüenses y ningún ciudadano de otra nacionalidad, ejercieron su Derecho para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República; así mismo a los Diputados y Diputadas ante la Asamblea Nacional y el Parlamento Centroamericano. Con gran orgullo resaltamos que el 50% de todos los electos fueron mujeres, credenciales suficientes para demostrar que en Nicaragua se construye una Democracia Genuina y Duradera.
Muchas Gracias Señor Presidente.