Juan Carlos Ortega Murillo / MS4M
En este 2021, los nicaragüenses debemos reafirmar nuestro compromiso con el principio de Dignidad Nacional. El mundo sigue atravesando tiempos complejos, en donde los poderosos de la Tierra tratan de imponer su dominio de manera cada vez más tosca y arrogante, actuando como dueños del destino de nuestros pueblos.
Y en nuestros países necesitamos gobernantes que sepan enfrentar esa política avasalladora de quienes ejercen el Poder Real. Y defendernos del Poder Real, sobre todo cuando éste representa una amenaza en contra de los intereses y la vida del pueblo.
El Poder Real lo ejercen las clases dominantes del Mundo para preservar e incrementar el poderío que han logrado acumular a lo largo de su historia.
Clases dominantes que ejercen su dominio desde ese Capitalismo Salvaje, ese sistema de control global basado en la explotación de los pueblos, condenándolos a la pobreza, porque solo de esa manera pueden garantizar su propia existencia. Es la única manera que conocen para poder cumplir sus deseos de acumular aún más riquezas.
No importa lo que tengan que hacer para preservar e incrementar su poder. Tratarán de pasar encima de nuestros pueblos, tratarán de apropiarse de nuestros recursos naturales, destruirán el medio ambiente y, en consecuencia, acabarán con la vida en la Tierra.
Son los mismos de siempre, que desde una mentalidad imperialista y colonialista, tratan de imponer el yugo a los pueblos del mundo, condenando a aquellos que no están dispuestos a ser sometidos.
Son los mismos, que desde sus países se valen de gobernantes electos por los pueblos a través de la ilusión de una democracia que no está realmente al servicio de las grandes mayorías, sino al servicio de las grandes corporaciones, los grandes capitales.
Una democracia con elecciones en donde gane quien gane, nunca cambia nada. No importa quién resulte ganador. El ganador siempre es una marioneta del Poder Real.
Por eso es que en Nicaragua necesitamos ratificar el rumbo trazado por Daniel y el Frente Sandinista. Solamente así podemos hacerle frente a este mundo, cargado de agresividad y amenazas. Solamente así, con ese principio de Dignidad para la Defensa de la Soberanía Nacional y Autodeterminación de nuestro pueblo, Nicaragua podrá sobrevivir.
Solo así nuestro pueblo podrá sobrevivir frente a quienes ejercen el Poder Real de manera avasalladora.
En estos tiempos, peligrosos tiempos, el peor daño que le podemos hacer a Nicaragua y a los nicaragüenses es entregarle el destino de nuestro país a los serviles de los poderosos; a aquellos que ya han demostrado que no les importa sacrificar la vida del pueblo, con tal de congraciarse con quienes ostentan el Poder Real.
2021 debe ser para la Paz, para el Reencuentro, para la Reconciliación, para la Unidad de nuestro pueblo. Reconocernos diferentes, pero no enemigos. Nicaragüenses todos. Adversarios, quizá, enemigos jamás. Porque al final, debemos trabajar juntos para poder enfrentar los grandes retos y amenazas que hoy en día nos impone este mundo.
No importan las amenazas que recibamos de los poderosos del mundo. Cuando un país trabaja unido, avanza y crece… para todos. Así ha sido nuestra experiencia, con Daniel, con el Frente, propiciando el entendimiento y el diálogo entre todos los sectores.
Cuando nos unimos y nos ponemos de acuerdo, salimos adelante. Así ha sido, así es y así será. Tenemos que caminar unidos, por nuestra Patria Libre, Digna, Justa y Soberana.