P Estimada compañera Mónica Robelo, Embajadora de Nicaragua en Roma, tras nuestro encuentro en la Embajada con “Cumpanis”, nos gustaría ampliar los temas que mencionamos en nuestra entrevista: empezando por las elecciones presidenciales y la renovación de la Asamblea Nacional en Nicaragua el 7 de noviembre de 2021, con la reelección como Presidente del compañero Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional, con el 75,87 % de los votos, y le preguntamos sobre qué base material se produjo una victoria con un amplísimo consenso, y qué logros sociales convencieron al pueblo nicaragüense para reafirmar su confianza en Ortega.
R El consenso obtenido por el Presidente Daniel Ortega fue nada menos que la reconfirmación de una total identificación del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional con el pueblo de Nicaragua, que abrazó sus políticas económicas y sociales inclusivas, así como un proyecto de modernización del país sin precedentes, que se refleja en los índices de crecimiento, seguridad y estabilidad social.
Hablar de Nicaragua hoy es reconocer, en cifras y resultados, la democratización de la economía. La ampliación de los derechos sociales se ha medido en la mejora de la calidad de los servicios y su gratuidad. Se ha concretado en el progreso del sistema sanitario y educativo, en la transformación radical de las infraestructuras y en los numerosos programas sociales que han devuelto la dignidad y la autoridad a un pueblo capaz de producir riqueza y reducir las desigualdades sociales, tras 12 años de gobiernos y políticas neoliberales.
P Walter Espinosa del Partido Liberal Constitucionalista, obtuvo el 14,33% de los votos; Guillermo Osorno del partido Camino Cristiano Nicaragüense, el 3,26%, y Marcelo Montiel de Alianza Liberal Nicaragüense, el 3,11%. ¿Puede aclarar a nuestros lectores, cuál es la naturaleza política e ideológica de estos tres partidos de oposición al Frente Sandinista?
R El carácter político e ideológico que persiguen estos partidos ha sido claramente de oposición y sumisión absoluta a la hegemonía estadounidense. Una política que siempre se ha alimentado de fondos extranjeros, capaz de producir más ONG que habitantes, de presentar calumnias en lugar de programas, de exigir sanciones del exterior en lugar de financiación para programas sociales que beneficien al pueblo.
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Las divisiones internas y la incapacidad de inspirar una visión de futuro, condujeron a una inevitable deriva y desilusión por parte del electorado conservador y liberal.
Esto ocurrió cuando, ante el fracaso y la incapacidad de un importante sector de la derecha, para expresar un programa de gobierno, se eligió el camino del caos, la desestabilización y la mentira. Pero el electorado dio un resultado contundente al Frente Sandinista y a su máximo dirigente en las elecciones presidenciales de 2021, replicado el pasado 7 de noviembre en las municipales.
P Una parte importante de los medios de comunicaciones estadounidenses y occidentales presentaron las elecciones en Nicaragua como «elecciones falsas, celebradas bajo la dictadura sandinista». Las acusaciones contra Ortega alcanzaron picos de violencia y agresividad, raramente vistos a nivel internacional en otras elecciones.
Emblemáticas fueron las posturas adoptadas por el periódico italiano en línea «Osservatorio Diritti», que se presenta como una publicación «especializada en investigaciones, análisis y estudios en profundidad sobre el tema de los derechos humanos en Italia y en el mundo», cuyo director Marco Ratti, antiguo colaborador de «L’Espresso» e «Il Sole 24 Ore», afirmó en un artículo desde Ciudad de Panamá: «Los primeros datos sobre las elecciones presidenciales celebradas en Nicaragua el 7 de noviembre hablan con claridad: la victoria de Daniel Ortega y de la vicepresidenta, su esposa Rosario Murillo, fue abrumadora. Sin embargo, detrás de este aparente plebiscito se esconden múltiples violaciones de los derechos humanos, una represión sin precedentes, el encarcelamiento arbitrario desde mayo de 39 personas identificadas por el régimen como opositores, entre ellas siete aspirantes a la presidencia, y unas cifras que «no cuadran».
En otro artículo, el mismo periódico afirmaba que la victoria de Ortega se debía a la «espantosa dictadura sandinista». En cambio, sabemos de una fuerte acción «golpista», orquestada por la CIA, durante las últimas elecciones en Nicaragua, destinada a desestabilizar el país y provocar la derrota de Ortega. ¿Cómo se explica la crítica tan violenta de cierta prensa occidental contra el sandinismo, Ortega y la victoria electoral del Frente Sandinista?
R La Nicaragua sandinista siempre ha sido el enemigo jurado de los Estados Unidos. El fallido golpe de Estado de 2018 fue una operación terrorista instigada por el gobierno de EEUU, con el apoyo de las jerarquías eclesiásticas, por los exsandinistas que se han convertido en la referencia exclusiva de EEUU en Nicaragua.
Los llamados «presos políticos» son la mano de obra nicaragüense de un complot internacional, preparado desde 2007 y desencadenado en 2018. Se han documentado sus vínculos organizativos y financieros con Estados Unidos y algunos países europeos en la trama golpista.
Una operación que costó a la USAID, la NED, el IRI, la IDI, la Fundación SOROS y otras fundaciones europeas alrededor de 100 millones de dólares, que durante años apoyaron las estructuras mediáticas y construyeron una red paramilitar, para el golpe de Estado que dejó una hipoteca de 1.800 millones de dólares en daños, alrededor de 253 muertos y más de 2.000 heridos. Intentaron conseguir por la fuerza lo que no pudieron conseguir por el voto. Pero también perdieron en este terreno.
P Entendemos que una parte importante del mundo católico en Nicaragua también está alineada contra Ortega. Le preguntamos: ¿es tan alto el choque entre la revolución sandinista y el mundo católico en Nicaragua? ¿Y cuáles son los puntos críticos?
R La Conferencia Episcopal ha sido el alma ideológica del golpe en 2018, presentándose en las mesas como mediadora, demostrando ser autoritaria mientras dirigía el golpe, descubriéndose engañosa con la población y el gobierno promoviendo el diálogo.
Durante años, la Iglesia católica nicaragüense, sorda a las urgencias sociales, y, poco dispuesta, a desempeñar un papel pastoral, ha visto cómo perdía apoyo entre los fieles, a pesar de contar con un pueblo fuertemente religioso. Ha perdido prestigio y credibilidad, llevando la sotana por un lado y abrazando el interés político por otro.
No es casualidad que monseñor Báez, tristemente célebre por su papel clave en la trama golpista de 2018 y por su excesiva y narcisista exposición política, haya sido llamado a Roma en 2019 a un «exilio forzoso» y obligado -según sus declaraciones- a «tener que respetar a regañadientes la decisión con obediencia amorosa al Papa».
Pero incluso después de las indicaciones del Vaticano, una parte de las jerarquías eclesiásticas continuó el saqueo contra el gobierno.
La misión pastoral se ha convertido en una campaña contra el pueblo, los púlpitos en direcciones de propaganda, y las emisoras de radio y televisión propiedad de la Iglesia se han convertido en ruidosos micrófonos para incitar al odio y la rebelión.
Esta actitud del CEN no es compartida por Roma. Más recientemente, durante la reciente visita del Cardenal Brenes a Roma, el Papa Francisco invitó a los pastores de Nicaragua a ser mensajeros de la reconciliación, llamando al diálogo con el gobierno. Es difícil descartar su mensaje.
P Nicaragua es un país en crecimiento, con un PIB del 4,5%, la tasa de desempleo ha bajado al 5%, se han hecho grandes obras públicas de infraestructura y electricidad, y se ha impulsado la actividad económica más importante del país, la agricultura, ¿cómo ha sido posible? ¿Cuáles son los futuros planes de desarrollo para el país, que también se ve afectado por el violento cambio climático y tiene algunas de las zonas más interesantes y ricas en biodiversidad?
R En los últimos quince años, Nicaragua ha experimentado una increíble transformación de su tejido socio-productivo, con un impacto sin precedentes en la calidad de vida de sus ciudadanos.
No sólo hemos logrado la autosuficiencia alimentaria, produciendo el 90% de los alimentos que consumimos, sino que hemos triplicado nuestras exportaciones.
El dato interesante, además del crecimiento del PIB, es que el 56,4% del presupuesto se destina al gasto social, además de la construcción de obras estructurales como carreteras, puentes, escuelas, hospitales y la ampliación de las redes eléctricas y energéticas, que han dinamizado la economía y la han impulsado hacia un crecimiento sin precedentes.
Como bien señalas, Nicaragua tiene cerca del 7% de la biodiversidad mundial, con 68 tipos de ecosistemas y formaciones vegetales, que representan el 60% del total en Centroamérica. Es un pulmón que intentamos preservar a pesar de que somos víctimas del cambio climático producido por las grandes economías capitalistas que han envenenado sistemáticamente la tierra, el aire y las personas. Hoy en día, el capitalismo muestra el dramático fracaso de las promesas que no ceden a la búsqueda desenfrenada del beneficio. El presidente Daniel Ortega lo dijo claramente: «Los países capitalistas, los países ricos, son los asesinos del medio ambiente». La Cop 27, en la que participamos, será otra farsa de multilateralismo cosmético y deriva histórica.
P Queremos llamar la atención sobre la gran eficacia del sistema de salud pública del gobierno sandinista, que enfrentó la pandemia con la medicina territorial, un signo de gran civilización que Occidente en cambio descuida y desmantela privatizando.
R Nicaragua respondió a la pandemia de la única manera que podía.
Siguiendo un modelo propio que pone en el centro a las personas, la familia y la comunidad, implementando políticas sanitarias gratuitas y de calidad, con una campaña de vacunación masiva, territorial, preventiva y educativa.
No es casualidad que en la lucha contra el Covid -19 haya sido uno de los países con mayor respuesta organizativa y mejores estadísticas a nivel regional.
Sin embargo, no se mencionan los resultados positivos, porque constituyen un ejemplo peligroso, tanto más heroico e indicativo por haberse realizado en tales condiciones. En la vorágine diaria de noticias, estadísticas y comparaciones, Nicaragua se menciona tímidamente y ciertamente no en los grandes medios de comunicación.
Hoy en día, cuenta con el mayor y mejor sistema de salud pública de Centroamérica, con 73 hospitales totalmente equipados, 143 ambulatorios, 1343 clínicas médicas y 5806 albergues. Son sólo una parte de la descentralización de los servicios médicos que cubren todo el país, con una red comunitaria que asiste a la población con más de cincuenta mil participantes certificados y formados.
P Durante nuestro encuentro, usted también habló de la equidad de género que, durante estos años de gobierno sandinista, ha llevado a las mujeres a ocupar importantes puestos de decisión: ¿qué políticas se han emprendido para emancipar y liberar a las mujeres?
R Nicaragua ha tenido un gran crecimiento en las políticas dirigidas a la igualdad de género, siendo el único país del continente que ha creado una estructura específica en su Policía Nacional, formada por núcleos de agentes especializados en violencia de género, con protocolos de aplicación y formación centrados en la cultura de género.
Hay distintas leyes para proteger a las mujeres, desde la ley de igualdad de género hasta las que se refieren a cualquier tipo de violencia que puedan sufrir, física o psicológica. Al mismo tiempo, el empoderamiento de las mujeres se ha concretado a través de diversas leyes y disposiciones, que favorecen el crédito a las mujeres, denominadas cabezas de familia.
P Hablando de América Latina, ¿qué opinión le merecen los procesos revolucionarios en América Central y del Sur?
R No sé a qué procesos revolucionarios se refiere. Hasta ahora las dos revoluciones victoriosas, con exactamente veinte años de diferencia, son la Revolución Cubana y la Revolución Sandinista en Nicaragua.
Luego está el proceso revolucionario en Venezuela que se inició con la primera victoria electoral del Comandante Chávez. Las tres revoluciones, con muchas similitudes aunque con rasgos genéticos diferentes, son obras de transformación general que viven en el continente.
El juicio sólo puede ser muy bueno, dadas también las condiciones en las que se desarrollan, es decir, con la hostilidad manifiesta de Estados Unidos, que bloquea, embarga y sanciona a los tres países, también para impedir que su ejemplo de soberanía nacional e independencia, junto con el de buen gobierno, muestre a todos los demás países cómo la libertad frente a Estados Unidos es fundamental para buscar un modelo de crecimiento alternativo y viable para el subcontinente.
P ¿Cuál es la relación entre Nicaragua y la República Popular China?
R El gobierno nicaragüense reconoce que sólo hay una China en el mundo y el FSLN siempre ha mantenido sólidas relaciones políticas y amistosas con el Partido Comunista Chino.
La decisión de Managua de reconocer a China, fue una evolución diplomática natural de las relaciones cada vez más estrechas entre ambos países, y en estos días celebramos un año de la reanudación de las relaciones diplomáticas.
La decisión se inspira en los principios del Derecho Internacional y al mismo tiempo supone abrirse a un nuevo horizonte económico, huyendo de la dependencia y de las amenazas de sanciones estadounidenses y europeas que intentan hipotecar la soberanía nacional a cambio de concesiones.
La adhesión al proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y los proyectos en los ámbitos político, económico, social y cultural demuestran que el sabotaje económico de Estados Unidos es secundario, frente a los intereses de cooperación y los auténticos principios de solidaridad de nuestro país.
10) ¿Qué relaciones ha habido hasta ahora con los gobiernos italianos?
Con todos los países europeos, las relaciones bilaterales se ven afectadas en mayor o menor medida por la existencia de relaciones con la UE.
Pero históricamente, las relaciones entre Roma y Managua han sido buenas, marcadas por el entendimiento mutuo y la cooperación en diversas áreas. Tenemos la intención de trabajar para elevar el nivel de entendimiento mutuo y crear las condiciones para aumentar la cooperación y los intercambios.