Dignidad del pueblo resiste a las sombras de quienes vendieron su alma

Foto: Nicaragua /cortesía
Foto: Nicaragua /cortesía

En este abril, recordamos la sangre derramada por aquellos que se vendieron a intereses ajenos a la patria y que, con sus manos manchadas, sembraron caos y desolación.

Los que predicaron odio desde sus púlpitos y en su afán de poder, intentaron corromper la conciencia del pueblo, ahora enfrentan la vergüenza de ver cómo su manipulación fue rechazada. El pueblo, con su firmeza y dignidad, nunca compró sus mentiras, ni cedió a sus engaños, y hoy, nos levantamos más fuertes que nunca, celebrando cada victoria.

En el Abril en que Vencimos y Seguimos Venciendo

En Abril, la Sangre que derramaron los que vendieron su alma a intereses foráneos e imperiales, es la que salpica las conciencias negras que llamaron al caos, el corazón abyecto que predica desgracias amargas, el que necesita una pizca de atención para creerse imprescindible, ungido o falso profeta a sueldo…

Las batallas ganadas por nuestro pueblo digno y valiente al enemigo eterno, es la que los llena de vergüenza, y a los que, en voz de púlpito, instruyeron doctrina de Caín, es la que mancha para siempre sus disfraces de marionetas de un destino que pretendieron vender y que el pueblo no les compró, no les creyó…

Pero la devoción del nicaragüense por la Armonía vivifica la conciencia, la que clama a grandes voces, Paz, Paz, Paz; ¡Amor, Reconciliación, Justicia!

Esa sangre de Mártires, como un Río de Victorias, cada vez más viva, correrá por las venas de los que somos esclavos del deber, de los que juramos defender y luchar mil batallas para ganar la Paz.

Ni perdón ni olvido, no se apagará nuestra voz, en medio de cualquier circunstancia a todo pulmón les gritamos y gritaremos “No nos vendemos ni nos rendimos, no Pudieron ni Podrán Jamás”

Profesor Harold Delgado.