Mafia internacional controla organismos(opinión)

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La plana mayor de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de su subalterna, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), deberían renunciar a sus cargos, si es que tienen vergüenza y dignidad, tras los constantes escándalos que han protagonizado en los últimos años y su absoluto sometimiento a los designios estadounidenses

El más reciente escándalo surgió con la estrepitosa caída del secretario ejecutivo de la CIDH Paulo Abrao, acusado de violación de los derechos humanos de los funcionarios de ese organismo y acoso laboral, expulsado de ese organismo por el secretario general de la OEA, el desprestigiado Luis Almagro.

“Lamentablemente no se ha podido avanzar en el proceso de designación del Secretario Ejecutivo de la CIDH debido a la existencia de decenas de denuncias de carácter funcional que han sido presentadas ante los mecanismos institucionales encargados de garantizar y promover los derechos de las y los funcionarios de la Organización y de procesar en este caso las reiteradas denuncias sobre posibles violaciones de sus derechos”, señaló una nota de prensa de la OEA sobre el despido de Abrao.

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Estos oscuros personajes al servicio de Estados Unidos, instrumentalizaron la OEA y la CIDH y realizaron ingentes esfuerzos por deslegitimar a los gobiernos progresistas de Nicaragua, Venezuela y Bolivia, sin olvidar a la valiente y aguerrida Cuba revolucionaria que afronta sesenta años de criminal bloqueo económico, comercial y financiero. 

Víctimas de la actuación “interamericana”

Almagro y Abrao se han desempeñado como operadores políticos de Estados Unidos para promover golpes de estado en esas naciones, disfrazados de “protestantes sociales” opuestos a regímenes “corruptos y tiranos”. 

Nicaragua vivió el intento de golpe de estado en 2018, financiado y articulado por el imperialismo yanqui y ejecutado por sus secuaces locales que se aglutinaron en la mal llamada alianza cívica, creada por la jerarquía católica, según confesó el soberbio y arrogante Silvio Báez. 

También tuvieron parte activa en el fallido golpe de estado, los representantes del gran capital, algunos medios de comunicación, seudo comisiones de derechos humanos y periodistas autodenominados “independientes”, quienes actuaron como sicarios de la desinformación. 

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Los crímenes y actos terroristas que cometieron los “pacíficos autoconvocados” fueron justificados y avalados por los representantes de la CIDH y la OEA, mientras estuvieron de visita en nuestro país por invitación expresa del presidente Daniel Ortega.

La delegación de la CIDH estuvo presidida por Abrao y una tal Antonia Urrejola, quienes se rehusaron a recibir las denuncias de las verdaderas víctimas de la aventura criminal golpista

Por supuesto, Abrao y Urrejola redactaron un informe de condena contra la actuación gubernamental, la cual, tuvo el propósito de condenar al estado de Nicaragua por crímenes de lesa humanidad, a fin de que fuese expulsada de la OEA. 

Los yanquis se fundamentaron en esos informes manipulados de la OEA y la CIDH para supuestamente restablecer la democracia en Nicaragua cómo si nuestro pueblo les estaba implorando apoyo para derrocar al gobierno sandinista. En realidad, fueron sus mismos vasallos criollos que respondiendo a las órdenes de su amo, le “pedían” interviniera en Nicaragua. 

La OEA subordinada de Washington

En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro, ha experimentado intentos de golpe de estado, incursiones armadas desde Colombia, agresiones económicas, robo descarado de su oro, petróleo y dinero en efectivo por parte de Estados Unidos y Europa; mientras que Almagro en la OEA, exigió su renuncia y reconoció como “presidente interino” de la nación sureña, al fantoche del imperio yanqui, Juan Guaidó. 

“Saludamos la asunción de @jguaido como presidente interino de #Venezuela conforme el artículo 233 de la Constitución Política. Tiene nuestro apoyo, el de la comunidad internacional y del pueblo de “Venezuela” “OEAconVzla”, diría Almagro en un mensaje de Twitter el 11 de enero del año 2019.

En Bolivia, el propio Almagro acusó falsamente al derrocado presidente Evo Morales, de haber cometido fraude electoral para reelegirse en el cargo, e impuso a la usurpadora gobernante en el país andino, Jeanine Añez. 

En el 2009, algo similar sucedió con el ex presidente de Honduras Manuel Zelaya, contra quién la OEA conspiró por órdenes yanquis para secuestrarlo, derrocarlo y desterrarlo de Honduras y casi de inmediato reconoció al golpista Roberto Micheletti. 

Contradicen sus principios

La destitución de Abrao por corrupción y otros hechos delincuenciales, ha dejado en evidencia que los organismos interamericanos están controlados por una mafia internacional bajo las órdenes de Washington, pese a que fue fundada el 30 de abril de 1948, con el objetivo de ser un foro político para la toma de decisiones, el diálogo multilateral y la integración de América. 

La declaración de la organización dice que trabaja para fortalecer la paz, seguridad y consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico favoreciendo el crecimiento sostenible en América. En su accionar busca construir relaciones más fuertes entre las naciones y los pueblos del continente.

Ante el reiterado incumplimiento de sus principios y objetivos, los gobiernos que integran la desacreditada OEA, deben promover la refundación del organismo interamericano y designar en los cargos de mayor relevancia, a personal probo, digno, ético e incorruptible, a fin de que no se sometan a los designios del país que se considera dueño del mundo.