Opinión: Fortaleza para el crecimiento económico de Nicaragua

nicaragua

4 de Mayo. Semana 05
-Miércoles 1 de julio de 2020-

Danilo Lechado.
Juan Carlos Ortega Murillo.
Joaquín Vargas Zamora.

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– ¿Cómo describirías la situación socioeconómica de Nicaragua antes y después del regreso del Sandinismo al Gobierno?

Juan Carlos:

Hasta enero de 2007, la gran mayoría del pueblo de Nicaragua estaba en una situación de total y completo abandono por parte de sus gobernantes. Las políticas económicas y sociales que se desarrollaron entre 1990 y 2007 privilegiaban a los grandes grupos económicos y a las familias que históricamente han usurpado las riquezas de los nicaragüenses.

Nos aplicaron el cuento de que dándole beneficios a los grandes grupos económicos y a estas familias “de apellido” sucedería lo de aquella historia, la de la “teoría del derrame” reivindicada por el capitalismo, la de la famosa copa que se va llenando y llenando, hasta que llega un momento en que la copa está tan llena que empieza rebalsarse y es ahí cuando, según ellos, las riquezas empiezan a generar beneficios para el pueblo. Pero ya sabemos que esto es una gran mentira. La copa nunca se llena, porque ellos se van tragando todas las riquezas que a costillas del pueblo se van generando. Sobre esto, el Papa Francisco dijo en el año 2013 que “la promesa era que cuando el vaso estuviera lleno se desbordaría y los pobres se beneficiarían de ello. Pero lo que ocurre es que cuando está lleno, por arte de magia, el vaso se hace más grande y así no cae casi nunca nada para los pobres”.

Después del 2007, la falacia de la copa desapareció. Con la llegada del Sandinismo al gobierno, se empezó a construir un modelo que nos permitió seguir trabajando con los grandes capitales del país, pero al mismo tiempo implementando políticas económicas y sociales que fueron empoderando al pueblo y convirtiendo a miles de familias en protagonistas de la actividad económica de Nicaragua, del desarrollo económico de Nicaragua.

Pasamos así de una práctica política que veía al pueblo como un objeto del cual se podían obtener beneficios para una minoría, a una realidad política en la que las grandes mayorías del pueblo se convirtieron en sujeto activo, protagonista de las grandes transformaciones de nuestro país.

Y los resultados fueron palpables, y se reflejaron en los índices de reducción de la pobreza y extrema pobreza, así como en un ritmo de crecimiento económico sostenido y sostenible que oscilaba entre el 4 y 5 por ciento, con tendencia a aumentar… hasta abril de 2018, cuando se da el intento de golpe en contra del gobierno legítimo de Nicaragua.

Danilo:

Antes del regreso del Sandinismo lo que había en Nicaragua era abandono, desprotección, corrupción y desigualdad. El país se desarrollaba para unos pocos, mientras las grandes mayorías cada vez eran más pobres, con sus derechos fundamentales totalmente vulnerados. Una vez que el Frente Sandinista vuelve al Gobierno, con la Presidencia del Comandante Daniel Ortega, los índices de pobreza general y pobreza extrema comienzan a disminuir. Según una encuesta oficial de INIDE, en 2005 la pobreza general llegaba al 48.3% y la pobreza extrema al 17.2%., pero ya en 2016 nos encontramos con 24.9% de pobreza general y 6.9% de pobreza extrema. Para el Sandinismo, esto significaba dos cosas: 1) Que se había logrado avanzar; y 2) Que aún falta camino por recorrer. Yo considero que antes teníamos un país en franca depresión y fue el Sandinismo el que vino a inyectarle esperanza y ánimo a todos los sectores.

Joaquín:

Antes del regreso del Sandinismo lo único que recuerdo es La Chureca. Yo estudiaba en el colegio Centroamérica, un colegio más o menos fresón, y hacia pastoral social enseñando a leer en La Chureca. Eso era miseria, eso era desolación, eso era la superficie de Marte, vomitada por el universo. También me acuerdo de los parques de por mi casa: el “Familia” y el “Altamira”, nidos de drogos y piedreros. Vi de las mejores mentes de mi generación irse en pega en esos parques.

La primera vez que voté, voté por Nicho Marenco (candidato a Alcalde de Managua por el FSLN en 2004). Me acuerdo de reírme con un bróder -que hoy es juez- que esas elecciones municipales habían sido como una “nueva insurrección popular”. De ahí vi que cambio el parque “Familia” a “El Parque Japonés”, y después, el triunfo del 2006. ¡BOOM! Imagínate que hasta llegue a Hollywood a punta de hacer cultura en Nicaragua, con el Sandinismo no más. Conocí proyectos como Espacio Sur, el Conservatorio Nacional dejó de ser un chiste, y tuve la oportunidad de realizar el Musik Warehouse (un proyecto cultural). Solo el Sandinismo considera la cultura “económicamente viable”. Yo no soy economista, no sé de economía, sé de cultura, antes del Sandinismo por el que yo voté, por el que yo hoy lucho, nadie habla logrado hacer económicamente viable algo que el resto del mundo considera superfluo: mi cultura nicaragüense.

– ¿Por qué uno de los principales objetivos a afectar durante la intentona golpista de 2018 fue la economía del país?

Joaquín:

Porque los ejércitos marchan sobre sus estómagos. El padre busca la leche de la cría y el hambre vuelve al perro rabioso. El enemigo del pueblo nicaragüense lo desprecia y juega con “su hambre”. Pero el pueblo nicaragüense es implacable, solidario y trabajador. Con una economía colapsada, el Estado fallido es inevitable. Y con él, la perdida absoluta de todas las conquistas sociales por las que han luchado, vivido y muerto miles de Nicaragüenses. La economía es otro frente de batalla, donde los Sandinistas debemos demostrar nuevamente nuestra osadía táctica y certeza estratégica, para imponernos como defensores de la alimentación de nuestros hijos, y la seguridad de nuestros ancianos. La empresa privada Sandinista es la vanguardia en este ámbito.

Danilo:

La reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la implementación de políticas para disminuir las desigualdades, son unos de los grandes logros en materia socioeconómica del Frente Sandinista. Eso significa gente contenta, en paz, trabajando, superándose y alcanzando sus metas poco a poco. Evidentemente, ésas no son condiciones para un golpe de Estado.

El plan de los golpistas y clasistas ha sido crear condiciones de descontento y para eso no les ha importado afectar el bienestar de cientos de miles de familias. Son tácticas terroristas. Los tranques, las torturas, los saqueos, la violencia, la guerra psicológica, las fake news, todo eso afectó duramente la economía de los más pobres. Pero parte de su fracaso es que en la calle aún está fresca en la memoria de la gente cómo antes de la intentona golpista la situación económica y social del país era mucho mejor.

Juan Carlos:

Uno de los objetivos del intento de golpe de 2018 era destruir el crecimiento económico de Nicaragua. Los tranques no solo servían como punto de avituallamiento de armas y municiones de los golpistas, sino que también apuntaban a paralizar la actividad económica del país. De igual manera, las expresiones de violencia y terrorismo en contra del pueblo tendrían un impacto negativo sobre el clima de paz, tranquilidad y seguridad que pequeños, medianos y grandes inversionistas, nacionales y extranjeros, habían aprovechado hasta aquel momento.

Y creo que una de las motivaciones para golpear el desarrollo de la economía nicaragüense era porque las cosas se estaban haciendo bien. Nicaragua, con el Sandinismo al frente del gobierno, se había convertido en “un mal ejemplo” para el resto de la región. Digo “un mal ejemplo”, porque el buen desempeño del gobierno sandinista se la ponía aún más difícil a los sectores más reaccionarios de la clase política estadounidense y a sus satélites criollos cuando trataban de persuadir a los pueblos de la región con el cuento de que un gobierno de izquierda no era capaz de levantar la economía de nuestros países.

Y es que cualquier gobierno de izquierda con una gestión exitosa y amplio respaldo popular, es “un mal ejemplo” para el imperialismo y sus vasallos.

Y en Nicaragua, el Sandinismo demostró que trabajando en unidad desde principios cristianos, socialistas y solidarios, se puede construir un modelo económico protagonizado por el pueblo, por la ciudadanía misma, con desarrollo sostenido, sostenibilidad, equidad y justicia social.

Aquí pequeños, medianos y grandes negocios; todos estaban creciendo, tanto en la ciudad como en el campo. Se dio una explosión de emprendimientos y nuevos negocios como nunca había sucedido… Nicaragüenses y extranjeros confiando en nuestro país y nuestro modelo económico para llevar a cabo sus inversiones, fueran pequeñas, medianas o grandes.

Por eso, haciendo uso de sus peones criollos en suelo nicaragüense, desataron aquella terrible ola de violencia, destrucción y muerte, tratando de acabar con el crecimiento económico protagonizado por el mismo pueblo, por la ciudadanía misma. Y sí, nos hicieron mucho daño. Pero estamos seguros de que poco a poco nos vamos a recuperar para retornar a la senda del crecimiento en beneficio de todos.

– Nicaragua inicia una nueva década en medio de una crisis mundial. ¿Cuáles son los desafíos y las fortalezas del país para enfrentarla?

Juan Carlos:

El principal reto es fortalecer la unidad de todo el pueblo nicaragüense. Está demostrado que trabajando en unidad tenemos mayor fortaleza para enfrentar los grandes desafíos.

Después de la división de la familia nicaragüense provocada por la arremetida golpista de 2018, en donde la mentira se impuso burdamente, tenemos que aprender, nuevamente, a encontrarnos y reencontrarnos, para juntos trazar estrategias y metas que nos permitan sobreponernos ante la adversidad.

Y la gran fortaleza con la que contamos es que con el Sandinismo tenemos un liderazgo que ya ha demostrado su capacidad y efectividad para hacerle frente a las circunstancias más complejas, enfrentarlas y salir fortalecido de ellas.

Así sucedió con la crisis financiera mundial de 2008: Nicaragua, con el gobierno Sandinista, logró sobreponerse e inició su despegue económico, alcanzando cifras históricas en la reducción de la pobreza. Así también sucedió tras el intento de golpe de 2018: el ritmo de recuperación económica a inicios de 2020 ya se iba tornando favorable. Y así sucederá con esta crisis económica mundial, producto de la pandemia.
Sé que vamos a salir fortalecidos.

Joaquín:

La fortaleza más grande de nuestro país es nuestra cultura. Y la exponente más fiel a ésta es el Sandinismo. Nuestra soberanía no es solo física, sino también cultural, social y económica. Para mí, el desafío más grande al que nos enfrentamos es la globalización y su incesante embestir en contra de nuestra autodeterminación y nuestra propia forma de vida.

Danilo:

La principal fortaleza que tenemos es un Gobierno Sandinista con experiencia. En 2008, el mundo vivió una crisis económica mundial y el Sandinismo supo mitigar el golpe en los más vulnerables. Superada esa crisis, vinieron los mejores años en cuanto a desarrollo que ha tenido el país. Además de lo anterior, el FSLN cuenta con una base social y política con una alta disposición al compromiso, así como con una enorme confianza de parte de la población en general.

Sobre los desafíos, yo creo que el mismo de siempre: el imperialismo y sus agresiones

– ¿Cómo debe ser el nuevo modelo económico y de desarrollo que necesita el país?

Juan Carlos:

El modelo sigue siendo el mismo: la unidad de todos para que el país crezca y se desarrolle en beneficio de todos. Y se debe trabajar de la mano con quien esté dispuesto a trabajar en unidad por el bienestar, por el progreso y por el empoderamiento de las grandes mayorías, por el empoderamiento del pueblo, por el empoderamiento de cada ciudadano nicaragüense, como sujeto protagónico de las grandes transformaciones de Nicaragua.

Joaquín:

El país necesita el modelo que se ha aplicado en los últimos 14 años. El modelo de trabajo y alianza entre el sector estatal, que vela por las conquistas sociales en salud, educación, democracia y esparcimiento, y el sector privado, que promueve la competencia y el crecimiento económico.

La empresa privada en Nicaragua paso del 2006 al 2018 lucrándose del buen manejo gubernamental Sandinista y de las alianzas internacionales gestionadas por este gobierno. Pero, como siempre, la empresa privada en su ciega soberbia y avaricia pensó poder anteponer por fuerza sus intereses.

El 2018 nos enseñó que la empresa privada esta dispuesta a financiar un Golpe de Estado, pero que al verse fracasado, manda al desempleo a miles de sus propios colaboradores.

El Sandinismo esta aquí para rescatar las conquistas sociales, los derechos de los obreros y trabajadores, para defender nuestra economía y a nuestro pueblo.

Danilo:

Con la intentona golpista, las clases burguesa y oligárquica se desmarcaron del Modelo de Diálogo, Alianzas y Consensos, que funcionó para promover desarrollo. Pero el egoísmo es parte de la naturaleza de estas clases pudientes y les molestó que no sólo ellos generaran riqueza, sino que lo hacían también las grandes mayorías. Sin embargo, esas grandes mayorías, con sus pequeños y medianos negocios, son las que más aportan al crecimiento económico y al empleo: 70% del empleo y 40% del PIB. Yo creo que es correcta la política de contar una política de promoción de una cultura emprendedora en el marco de una Economía Familiar y Creativa. Indudablemente también es importante un buen manejo de las finanzas y la búsqueda de Inversiones Extranjeras Directas (IED) que contribuyen a la creación de empleo.

– ¿Cómo ves a Nicaragua en los próximos 5 ó 10 años?

Joaquín:

Nicaragua florecerá, al filo de la espada, a la sombra de una bandera roja y negra, como lo ha hecho desde que Sandino asumió al enemigo y engendro en la psiquis nicaragüense el germen del Sandinismo.

Danilo:

Soy optimista, para mí Nicaragua saldrá fortalecida de todos estos embates, con mayor soberanía, menos pobreza y una clase trabajadora-emprendedora con mayor conciencia de su vital papel en el desarrollo del país.

Juan Carlos:

Fortalecida… Nicaragua se verá fortalecida porque el Sandinismo seguirá trabajando para unir y reunir a este pueblo alrededor de metas de bien común que solamente entre todos podemos alcanzar.