El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a principios de enero con destruir los centros de cultura y civilización de Irán, llama la atención que pocos calificaron estas declaraciones como amenazas terroristas, esto tiene mucho que ver con la definición antojadiza del término terrorismo.
El terrorismo comprende los actos de violencia que procuran objetivos políticos o ideológicos, sin embargo, actualmente en el plano jurídico internacional no se posee una definición general de terrorismo, esto abre la puerta a que el subjetivismo entre a la hora de valorar que actos pueden ser calificados de terroristas.
Lee también: Nicaragua presente en el "Foro Económico: Perspectivas Globales para 2020"
De acuerdo con una declaración en 1994 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (Declaración sobre medidas para eliminar el terrorismo internacional, resolución 49/60) se señala que el terrorismo incluye actos criminales con fines políticos concebidos para provocar un estado de terror en la población en general o sobre un grupo de personas, de forma similar se pronuncia el Consejo de Seguridad en su resolución 1566.
A como se mencionaba a nivel mundial no se ha logrado una definición consensuada de lo que es terrorismo. Para autores como Tortosa (2008), el consenso no se alcanza porque se busca un concepto que no abarque las actividades de países como Estados Unidos e Israel, a pesar de sus continuas prácticas de terrorismo de Estado.
"Combate" al terrorismo
Conscientes de lo anterior las autoridades norteamericanas plasmaron en su estrategia nacional para combatir el terrorismo (National Strategy for Combatin Terrorism) que la violencia debe provenir de grupos subnacionales o agentes clandestinos, evitando de esta forma que su propia definición les abarcara a como hizo notar Noam Chomsky.
La política exterior de los Estados Unidos se ha apoyado mucho en la “guerra contra el terrorismo”, llegando incluso a extremos de ordenar asesinatos selectivos como el del general iraní Qasem Soleimani, pero él no ha sido el único; Fidel Castro y Muammar Gadafi sufrieron atentados reconocidos por documentos estadounidenses oficiales.
El Presidente Bush autorizó alrededor de 50 asesinatos selectivos durante su administración, sentando un peligroso antecedente que prácticamente le permite a los Estados Unidos matar a cualquier individuo considerado “terrorista”, independientemente si la zona en donde se encuentra este está en guerra o no, es decir, que al parecer se utiliza la designación de terroristas como herramienta para mantener su hegemonía política y militar en zonas de interés, pues Estados Unidos maneja una listado cambiante de las grupos terroristas, listas aprobadas por el Congreso a propuesta de la Oficina de Contraterrorismo.
Doble moral de Israel
El problema con la lista de terroristas manejada en Estados Unidos es que la misma depende de criterios subjetivos y discriminatorios, ya que se estigmatiza la religión musulmana asociándola al concepto de terrorista. Además, se excluyen intencionalmente situaciones que podrían ser tildadas de terrorismo simplemente porque provienen de países aliados, tal es el caso de Israel.
Cuando Israel ataca un objetivo palestino, se le considera parte de la defensa nacional, a manera de ejemplo, 150 personas murieron en una ofensiva lanzada por el gobierno de Israel contra Hamas en 2014, el 77% eran civiles. Por el contrario, si el ataque proviene de Palestina, por ejemplo, los ataques del grupo Hamas, casi automáticamente se le cataloga como un acto terrorista, apreciándose así una doble moral en la aplicación de este concepto.
Recientemente el Parlamento iraní aprobó una resolución en virtud de la cual se declara como organización terrorista al Pentágono y todas las fuerzas armadas estadounidenses. Al respecto es oportuno hacerse las siguientes preguntas ¿Fue un acto terrorista el asesinato del general Soleimani? ¿Fueron actos terroristas los cometidos en contra de Cuba durante la guerra fría?
¿Debe ser considerado como financiamiento del terrorismo la intervención de Estados Unidos en la formación de la fuerza contrarrevolucionaria en Nicaragua durante la década de los 80? o ¿se tienen que descartar debido a que no entran en la definición norteamericana de terrorismo?