El exmandatario colombiano, Ernesto Samper, ingresó al claustro de personalidades destacadas por sus méritos como estadista, promotor de un mundo mejor y su trabajo en la concertación de políticas y un ejemplo para las generaciones de universitarios en Nicaragua.
La rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) le entregó el doctorado honoris causa en humanidades al expresidente colombiano, Ernesto Samper, en un emotivo acto donde participaron docentes de todas las facultades y delegaciones departamentales de esta casa de estudios superiores.
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“Con la entrega de la más alta distinción de título honorífico de doctor honoris causa al expresidente de Colombia, para nosotros esto es muy importante porque reconocemos que el doctor Samper es una persona que cree mucho en la cultura, cree mucho en la paz, ha trabajado en función de estas dos líneas, de considerar la cultura como el espacio para la convivencia, para el diálogo, para el reencuentro y desde luego como elemento importante para el desarrollo de la paz que tanto necesitamos en Latinoamérica y en el mundo", manifestó la rectora Ramona Rodríguez.
"Por eso nosotros consideramos que es muy importante la entrega de este título honorífico, porque para nosotros el paso a ser un miembro de nuestro claustro académico, porque también estamos abocados como consejo nacional de universidades al desarrollo del programa de universidad para la paz”, manifestó la rectora Ramona Rodríguez.
Palabras de Samper
“Ante todo una decisión que me llega en el alma, porque toda mi vida ha sido mi actividad principal, ha sido la actividad académica y para mí venir a Nicaragua, volver a Nicaragua a través de las universidades es como la realización de un sueño, además de la trayectoria de esta universidad, su carácter emblemático, las tareas que viene cumpliendo en el proceso de educación de las nuevas generaciones de nicaragüenses, proceso en particular es un motivo de satisfacción”, dijo Samper.
El expresidente ofreció una conferencia sobre la paz y la naturaleza. “La paz es mucho más que eso, es reconstruir los tejidos sociales, el tejido económico, el tejido político y yo creo que esas experiencias las podemos compartir con países como Nicaragua que vivieron un conflicto de alta intensidad y también es la paz de América Latina que tiene una vocación de paz en el mundo. No somos una región sin problemas, pero no tenemos ni conflictos étnicos y conflictos de carácter religioso, como los que se presentan en otras partes del mundo, tal manera que podemos darnos por bien servidos”, reflexionó.
