Una popular banda de rock argentino tiene una canción que en su coro así dice: "Fiesta de farsantes de la espuma social, invitame a pasar", la misma habla de esas personas que buscan caber en espacios "top" o pertenecer a círculos sociales "de moda". Eso mismo se ve en Nicaragua con los borregos que siguen las patrañas de la Alianza Cívica o del #SOSNICARAGUA.
Las actitudes desfachatadas de estas personas, que ni siquiera son dignos de llamarse oposición, lo único que han provocado en Nicaragua es ser una traba para el progreso; sin decir la cantidad de daños, muerte y luto que desataron con su ola de violencia desmedida, con aquellos tranques que en sus cerebros calcinados creían eran una manifestación de valor patriótico.
El peor descaro es que cantan el himno nacional mientras alteran el orden público, mientras usan la bandera como capa o pañoleta, mientras fraguan planes para desestabilizar el país. ¿Que no se dan cuenta que hay mucha gente que sufre por sus caprichos, por las ansias de arrebatar el poder por medios mezquinos e ilegales?
Para esta gente, que se vanaglorian en redes sociales con seudónimos con palabras como "vandálico" o "tranquero", lo único que vale es la apariencia que forman en esos espacios.
Importa más una buena publicación, un buen filtro de una foto que un diálogo constructivo hacia un mejor porvenir. Todo gira alrededor del mismo modelo plástico de la vida que conocen a través de las pantallas de sus celulares inteligentes. Lo más cómico es que muchos de estos perfiles son de tipos o tipas que ni siquiera están en el país.
Ese lifestyle los ha llevado a creerse dueños únicos de la verdad, a denigrar al que no piense como ellos. De hecho son peores, ellos no procesan de que haya personas que con orgullo se digan sandinistas, que tengan disciplina partidaria y que además sean universitarios exitosos o bien jóvenes profesionales que triunfen en sus áreas.
¿Por qué? Según ellos el sandinista es de escasos recursos, necesitado y sin capacidad de raciocinio propio. La ironía es muy fuerte en estos borreguitos azul y blanco.
Son estas mismas personas que aunque lancen verborrea en contra del Gobierno o con discursos "moralistas", los mismos que luego de "cumplir con su post" (para pertenecer a la espuma social), continúan con sus vidas como si nada. Decime a mí, a cuántos de esos no he visto bacanaleando y consumiendo todo tipo de sustancias tranquilamente en algún bar capitalino.
No es que no tengan derecho ni mucho menos, lo que vamos es que no son consecuentes con sus expresiones. Hacen llamados a plantones y marchas -lo cual no es más que una fiesta de farsantes– con gente que en la vida jamás se habían preocupado por los demás, pero ahora que está de moda tirar peste al Gobierno lo hacen sin tener contexto alguno.
Y eso se manifiesta con esas paupérrimas "manifestaciones", ahí se ve al mismo estereotipo de persona, sobre todo joven, quien desgraciadamente no mira más allá de la farsa, del montaje mediático, y que su espíritu SJW o "rebelde" lo empuja a querer alzar su voz contra lo que considera atenta con los principios de humanidad.
No hermano o hermana, no caigás en ese juego, dejá de ser la ficha útil para los ejes de poder externo e injerencista. Ese poder ambicioso de afuera que no existe de ayer, sino de hace muchos años, el cual solo cambia sus tentáculos para penetrar en cabezas moldeables como la tuya.
Vencé la moda, vencé la trampa de la red social, buscá la verdad traspasando las barreras de tu entorno tóxico. Pronto te vas a dar cuenta quiénes deseamos paz y quienes buscan cualquier excusa para la explosión y sangre.
¿En serio te vas a sentir bien haciendo el ridículo levantando tu voz, exponiéndote como persona que no razona, por defender la muerte de un hombre que causó estragos en un establecimiento penitenciario? ¿Tantas son las ganas de que te inviten a pasar a la espuma social que tenés que defender y "luchar" por un criminal?
Tu vida es más que eso, como nicaragüense podés construir en vez de destruir. Eso sí es cumplir con principios morales, eso sí es apostar a una Nicaragua mejor, ¿se supone es lo que queremos todos, no?