VIDEO: Trump consigue que la ONU al completo se carcajee de su discurso

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Donald Trump demostró este martes su capacidad para unir al mundo. Para unir al mundo en una carcajada, se entiende.

El presidente de Estados Unidos provocó tres muy inusuales explosiones de risas en el plenario de la Asamblea General de Naciones Unidas, a pesar de que su discurso se caracterizó por la defensa de la soberanía nacional, el aislamiento a Irán, y las críticas a China, los países de la OPEP, a Alemania, y al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. 

Entre los países a los que Trump defendió destacaron muy especialmente cuatro: India, Arabia Saudí – donde volvió a elogiar al príncipe heredero, Mohamed bin Salman -, Polonia, e Israel. Todo en un tono claramente dirigido a la audiencia nacional, y con la vista puesta más en las elecciones al Congreso del 6 de noviembre que en cuestiones como la paz mundial. 

Pero, primero, las risas. No es que la Asamblea se riera con Trump. Es que se rio de él. Las dos primeras veces, al comienzo de su discurso, cuando se arrancó con una intervención más propia de un mitin en un estado clave -Ohio, por ejemplo- que de un discurso a los jefes de Estado y de Gobierno de 193 países, que son todos los del mundo con la excepción del Vaticano y de la Autoridad Nacional Palestina. 

 

En tan magno escenario, el discurso de Trump tuvo algo de monólogo humorístico. "En menos de dos años, mi Gobierno ha conseguido más que casi cualquier otro gobierno en la Historia de Estados Unidos", arrancó el presidente. Carcajadas tibias en la sala. "¡Es verdad!", dijo Trump. Carcajadas más intensas. "No esperaba eso, pero vale", replicó el presidente estadounidense con una sonrisa, en un acto de deportividad. 

Por si alguien no se había dado cuenta, el entretenedor en jefe de la política mundial había llegado a la ONU. Más tarde, pasado el ecuador de su discurso, Trump volvió a causar carcajadas. Esta vez, cuando atacaba a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). 

"La OPEP y los países de la PEP, están, como es habitual, robándonos [a EEUU] y al resto del mundo. Y no me gusta y a nadie debería gustarle", dijo, en un característico trumpismo que, de nuevo, provocó hilaridad. En su mejor tono mitinero, el jefe del Estado y del Gobierno de la primera potencia mundial lanzó, entonces, una de sus frases más célebre: "No bueno".