Rosario Murillo, Vicepresidenta de la República de Nicaragua, agradeció este miércoles al joven que leyó un poema de su autoría, el cual lo escribió luego de perder a un hijo de año y medio tras ser sepultado cuando cayeron las paredes de su casa en San Antonio, Managua para diciembre de 1972.
Le tocó ir a recoger a su hijo que había caído de un segundo piso en la casa de sus padres, mismo que parecía que aún no había muerto y que yacía dormido en sus brazos, dijo Murillo.
Por ello, como madre envió un abrazo fuerte a todas las madres de Nicaragua "que sentimos que se les ha sido arrebatada la paz y a sus hijos" en medio de tanto caos.
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Aseguró que esta mañana se ha dejado claro el nivel de compromiso, madurez y respeto con el que llegó el Gobierno a esta sesión de instalación de la mesa del Diálogo Nacional convocados por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), llevando a las personas acreditadas y disponiéndose a participar en un acto que trasciende los límites de una actividad protocolaria. "Acto histórico en el que nos estamos comprometiendo para brindar soluciones, pues para eso hemos sido convocados" dijo.
No queremos volver al pasado, queremos encontrar la justicia que todos estamos clamando y estamos contribuyendo a eso con la labor de nuestras instituciones y de organismos internacionales que nos acompañan, continuó la vicepresidenta.
Expresó que Dios no se equivoca, que es justo y es amor, que lo que llega debe enfrentarse. "Dios sabe mejor y nos ha puesto a todos en este otro momento, en caminos de convivencia y que exigen con seriedad construir confianza cada día y de eso nosotros estamos avocados", sostuvo.
Para finalizar instó que se debe construir la paz, reiteró su saludo a las familias, a las madres este mes de mayo, consientes y confiados en la palabra de Dios en tiempos difíciles, pero también para construir nuevas victorias.
