Washington, 16 may (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, trató hoy de rebajar las tensiones con su colega turco, Recep Tayyip Erdogan, y pronosticó que la relación entre ambos será "imbatible", pese a las diferencias en torno al apoyo de Washington a las milicias kurdas en Siria en la lucha contra el Estado Islámico (EI).
"La relación que tenemos juntos será imbatible", auguró Trump en una declaración a la prensa después de reunirse por primera vez con Erdogan, en la Casa Blanca.
La elección de Trump en noviembre pasado generó esperanzas en el Gobierno de Erdogan sobre una posible mejora de las relaciones, y hasta este mes todo avanzaba en ese sentido, dado que, al contrario que Barack Obama, el nuevo líder estadounidense no parecía demasiado interesado en hacer reproches relacionados con los derechos humanos.
Atraído por los líderes autoritarios, Trump felicitó hace poco a Erdogan por su victoria en el referéndum para ampliar su poder, mientras la Unión Europea (UE) reaccionaba con más frialdad.
Pero esa luna de miel con Turquía se aguó la semana pasada, cuando la Casa Blanca anunció que entregaría armamento pesado a las milicias kurdosirias Unidades de Protección Popular (YPG) para la ofensiva contra Al Raqa, la "capital" del EI.
Erdogan criticó abiertamente esa decisión y aseguró que viajaba a Washington con el "deseo" de convencer a Trump de que "abandone cuanto antes el error" de armar a esas milicias, a las que Ankara considera "terroristas" por sus vínculos con la guerrilla activa en suelo turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
El líder turco no dudó en repetir ese mensaje delante de Trump y de la prensa, pero el mandatario estadounidense permaneció en silencio y no dio señales de haberse echado atrás en su decisión.
"Tomar en cuenta en la región al YPG y (su partido político) el PYD nunca será aceptado y estará en contra del acuerdo global que hemos alcanzado", advirtió Erdogan.
Además, Erdogan insistió en sus "expectativas" de que EEUU extradite al predicador islamista Fethullah Gülen, autoexiliado en el estado de Pensilvania y al que Ankara acusa de haber instigado el fallido golpe militar del pasado julio.
El Gobierno estadounidense ha afirmado que es la Justicia de este país la que debe decidir sobre el destino de Gülen en función de los documentos acusatorios aportados, que hasta ahora consideran insuficientes.
Más allá de esos dos focos de tensión, Erdogan se deshizo en elogios a Trump, al que felicitó por su "legendario triunfo" en las elecciones presidenciales de noviembre y dijo que esa victoria ha generado el "despertar de una nueva serie de aspiraciones en la región" de Oriente Próximo.
"Sabemos (…) que no repetiremos los errores del pasado, y que seguiremos juntos en este camino", sostuvo Erdogan.
"Creo que mi visita oficial a Estados Unidos marcará un histórico punto de inflexión" en la relación bilateral, agregó el mandatario, y pronosticó que habrá "más avances" en los lazos comerciales, económicos, energéticos y de defensa entre ambos países.
Trump expresó la misma expectativa y confió en trabajar con Erdogan "por la paz y la seguridad en Oriente Medio", además de "reforzar los lazos comerciales" bilaterales.
Aunque evitó referirse a su apoyo a las milicias kurdosirias, Trump sí mostró su respaldo a Erdogan "en la lucha contra grupos terroristas como el EI y el PKK", y reconoció que el pueblo turco "ha sufrido horribles ataques terroristas en años recientes".
Varios analistas que siguen de cerca la relación entre Estados Unidos y Turquía opinaron que, si Erdogan no lograba convencer a Trump de que se echara atrás en su apoyo militar a las milicias kurdas, era probable que tratara de extraer algo a cambio.
Una concesión que podría interesar a Erdogan sería que Trump hiciera la vista gorda si Turquía decide lanzar nuevos ataques contra el PKK en la comarca de Sinyar, en el noroeste de Irak, según opinó Soner Cagaptay, un experto del Instituto de Washington para Oriente Próximo, en declaraciones a la revista Foreign Policy.
Otra opción sería que EE.UU. diera más información de inteligencia a Turquía para su lucha contra el PKK, o que Washington se comprometiera a presionar más al entorno de Gülen.
Erdogan también está interesado, según varios informes de prensa, en que el Departamento de Justicia estadounidense suspenda su proceso judicial contra el empresario turco de origen iraní Reza Zarrab, detenido el año pasado en EE.UU. y acusado de intentar violar sanciones contra Irán.