Primeros días del año, primeros, de homenajes a tantos hijos gigantes de la Nicaragua pequeña, pero soñada en grande, como dijera uno de sus hijos más célebres, el poeta universal Rubén Darío que al gigante miedoso EEUU (dígase con voz temblorosa) lee lleena dee paavoorr. Le tiene pavor porque sabe que tiene millones de hijos como Sandino que, al igual a Darío, valiéndose de acabadas metáforas, pero en este caso en el campo de batalla, les decía: “venid, gleba de morfinómanos… que yo los espero a pie firme al frente de mis patriotas soldados”.
El arrogante gigante de planta temblante hasta el pelo tirante, el que pronuncia la palabra “patio trasero” con babas colgantes por su labio pendiente y enseña sus dientes pútridos de drogante, el cíclope come carne cruda, como dijera Darío, dice que Nicaragua ees uun peeliigroo, porque su pueblo tiene a Selim Shible deelaantee.
El gran poeta sandinista Leonel Rugama, otro mártir sandinista, (1949-1970) murió con dos compañeros enfrentándose a un batallón somocista. Cuando les pidieron que se rindiesen, la respuesta de Leonel fue: ¡Que se rinda tu madre! Leonel Rugama, el joven poeta revolucionario dedicó un poema a Selim Shible, palestino nicaragüense, combatiente sandinista asesinado por los esbirros de EEUU a las órdenes del dictador Somoza, el poema dice: Conociste a Selim / sabias que una vez verguió a un agente de la seguridad / Si no sabías eso / no conociste a Selim / cuando llegó a vivir por nosotros / ¡murió en la perfecta manera que nació! / pero ya desde antes / desde hacía siglos era eterno. Lo canta Dayan Morales Molina: https://www.youtube.com/watch?v=wbPU_3gxh90 Si no conoce a Leonel, puede ver cuánto le quieren en el barrio que lleva su nombre: Barrio Selim Shible realiza homenaje a este héroe
Leonel Rugama y Selim habían sido niños pobres y conocieron el hambre, el mal vivir bajo la dominación de un tirano creado por el imperio. Pero hay mucha historia detrás, solo voy a dar un par de datos que nos sitúen en el momento actual que viven los niños de Nicaragua, el hoy que es defendido por muchos niños pobres que jóvenes como Selim y como Leonel, muchos de los que no se sus nombres pero que ellos los representan, supieron lo que era faltarles lo necesario.
Por ellos, por todos ellos, el arrogante gigante de planta temblante hasta el pelo tirante, el que pronuncia la palabra “patio trasero” con babas colgantes por su labio pendiente y enseña sus dientes pútridos de drogante, dice que Nicaragua (recuerde, dígase con voz temblorosa) ees uun peeliigroo, porque su pueblo tiene a Selim Shible deelaantee.
Los niños y niñas de Nicaragua hoy tiene garantizada la enseñanza, y con la enseñanza va una buena alimentación y hasta los útiles escolares en su paquete o mochila escolar (“Las mochilas tienen cuadernos, lápices de colores, útiles escolares en general, así como vasos, platos y cucharas para la merienda escolar en educación inicial y especial, y los maletines de docentes tienen el mismo contenido de lápices, lapiceros, block, cuaderno para realizar su planificación didáctica”) el gobierno sandinista ha implantado la Merienda Escolar, que alcanza a más de 1.200.000 niñas y niños, Escuelas de Educación Especial, Preescolar Formal y Comunitario, primaria regular y estudiantes de primaria y secundaria a Distancia en el Campo y Escuelas Normales. Los centros disponen de huertos comunitarios para que alumnas, alumnos y profesorado colaboren en trabajos que dejan fruto a sumar al aporte alimenticio que el Gobierno Sandinista hace como principio para los hijos de la nueva Nicaragua. Para el desarrollo general el gobierno adquiere la mayor parte de esos alimentos en las cooperativas del pueblo, y en la elaboración de los alimentos escolares, además de participar personal especializado, colaboran padre, madres y familiares del alumnado. Con ello se garantiza el buen entendimiento, la participación social, además de garantizar la salud de la infancia y juventud, su asistencia permanente y, con fuerzas,
el aprovechamiento de la enseñanza, enriqueciéndose con la relación social comunitaria y el saber del entorno al que pertenecen, que, gracias a niñas, niños, jóvenes y mayores como Selim Shible y Leonel Rugama, la Nicaragua de hoy crece con ésta infancia.
Muy atrás quedaron en Nicaragua los 16 años del oscuro neoliberalismo apoyado por los EEUU, en el que los gobiernos de turno, siguiendo los pasos de Margaret Thatcher en el “democrático” Reino Unido, decretaron que el vaso de leche que la Revolución Sandinista había instalado en su primera etapa era un gasto innecesario. Con esa medida decretaron: el “sálvese quien pueda”, la institucionalización de la desigualdad, en tanto la desigualdad misma era promovida por el estado, en vez de combatirla. Esto fue la brutal prueba del neoliberalismo en su más salvaje expresión, a eso es lo que occidente llama “democracia”. Y estos son los países (UE, Gran Bretaña, Canada y USA) que se atreven a querer dar lecciones a verdaderos gobiernos democráticos, nacionales y populares.
Ahora bien, por ellos, por todos ellos, por todos esos héroes que son la inspiración del gobierno sandinista y de su pueblo, el arrogante gigante de planta temblante hasta el pelo tirante, el que pronuncia la palabra “patio trasero” con babas colgantes por su labio pendiente y enseña sus dientes pútridos de drogante, dice que Nicaragua (recuerde, dígase con voz temblorosa) ees uun peeliigroo, porque su pueblo tiene a Selim Shible deelaantee.
Y ahora déjenme que les exponga unas líneas del pequeño cuento maravilloso, El ratón y la montaña, que uno de los más grandes revolucionarios del siglo XX, se llamaba Antonio Gramsci, condenado a prisión por el tirano Mussolini, pidió a su esposa que le contase a su hijo Delio; en el cuento trataba de la recuperación del valor de la colaboración, del conocimiento, de la naturaleza, y de cómo si atendemos a lo principal y se organiza saldremos triunfantes, pues con ello amamos lo que nos guarda el sustento necesario, tal y como hoy se hace en Nicaragua. Antonio Gramsci escribió así a su esposa Giulia:
Quisiera contarle a Delio un cuento de mi tierra que me parece interesante. Te lo resumo y tú se lo contarás a él y a Giuliano. Un niño duerme. Hay un vaso de leche para cuando despierte. Un ratón se bebe la leche. El niño llora por no tener leche, y su madre también. El ratón desesperado se da cabezazos contra la pared, pero se da cuenta de que eso no sirve de nada y corre a pedirle leche a la cabra. La cabra le dará leche si tiene pasto que comer. El ratón va al campo por pasto y el campo seco quiere agua. El ratón va a la fuente…
Finalmente, el ratón consigue que todos colaboren para que el niño tenga leche en su vaso, pero para ello ha debido poner de acuerdo a los que le rodean, habitantes y naturaleza. En Nicaragua el pueblo, la infancia toda es lo primero.
Escrito por Ramón Pedregal Casanova