El fabricante de automóviles PSA (Peugeot Citroen) informó el martes que su director, Carlos Tavares, mantuvo "conversaciones fructíferas" con la canciller alemana, Angela Merkel, sobre los planes de comprar Opel, cuyas principales fábricas están en Alemania, y filial de la estadounidense General Motors.
Tavares "presentó el razonamiento para crear el camino hacia un campeón europeo" con la combinación de Opel y Peugeot, Citroen y DS, marcas de PSA, lo que constituiría el segundo mayor fabricante de coches después del grupo Volkswagen.
El sorpresivo anuncio la semana pasada de que PSA se plantea comprar Opel causó preocupación en Alemania por si el nuevo propietario suprime empleos no franceses si la compra se cierra.
Merkel prometió hacer "todo lo políticamente posible para asegurar los empleos y las fábricas de Alemania".
Pero, en una reunión con representantes de los trabajadores el lunes, Tavares "reafirmó el compromiso (del grupo francés) de respetar los acuerdos existentes en los países europeos y seguir dialogando con todas las partes", explicó un comunicado conjunto del sindicato del metal IG Metall y del comité de empresa de Opel.
Los acuerdos de Opel en vigor incluyen un compromiso de que no se ordenarán despidos en las fábricas alemanas antes del fin de 2018 y de que se seguirá invirtiendo en las factorías alemanas, al menos, hasta 2020.
Tavares declaró estar "interesado en un desarrollo sostenible para Opel-Vauxhall como una compañía independiente", dijo el presidente del comité de empresa, Wolfgang Schaefer-Klug.
El director de PSA afirmó que su empresa busca "hacer de la cooperación y de la calidad con las relaciones con los representantes de los empleados una ventaja competitiva".
El compromiso de Peugeot de cooperar con los empleados es una "señal importante" y "la bases para trazar una posible fusión constructiva para los trabajadores", dijo el jefe la rama alemana de IG Metall, Joerg Koehlinger.
Opel opera en unas 10 fábricas en seis países de Europa y tenía 35.600 empleados a finales de 2015, 18.250 de los cuales en Alemania.
La firma fue fundada en 1862 y sus automóviles son muy familiares en las carreteras europeas y alemanas.
Pero, en los últimos años, la firma ha registrado reiteradas pérdidas, que le han costado a General Motors unos 15.000 millones de dólares (14.000 millones de euros) desde 2000.