Al concluir el mensaje a la nación del Presidente Daniel Ortega, ante la llegada de la tormenta tropical Bonnie, al Caribe Sur; la vicepresidenta Rosario Murillo, reflexionó sobre todo el trabajo que se viene ejecutando y que tiene como fin la protección de las familias que puedan correr riesgos.
«Servir a la familia, a nuestro pueblo, saber reconocer el mandato de nuestro pueblo que es el mandato de Cristo Jesús, reconocer a donde está el poder en el pueblo. Con esta tormenta, nos hemos preparado, con toda la experiencia, la disposición, el corazón, la responsabilidad; aquí estamos con humildad pidiéndole a Dios que nos guarde», sostuvo la Vicepresidenta Murillo.
Hizo un llamado a la unidad centroamericana en estos momentos para enfrentar el fenómeno que provocará fuertes lluvias.
«Sabemos que estos son momentos difíciles, sobre todo para las familias que están en la trayectoria del fenómeno, aunque sabemos también que son fenómenos que nos dejan agua; pero también mucha agua es riesgo para la vida, la naturaleza, los cultivos», indicó la Vicemandataria de Nicaragua.
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Solidaridad centroamericana
«Son momentos para expresar esa solidaridad y esa unión que queremos en Centroamérica, para hacerle frente del clima. Estos huracanes son cada vez más frecuentes, gracias a Dios que hoy sabemos más, tenemos mejores técnicas; tecnologías que aplicamos para observar», expuso durante su intervención.
Asimismo señaló que las instituciones del Estado tienen la misión de atender a las familias en estos momentos.
«Es una institucionalidad que tiene el orgullo de servir a nuestro pueblo, nos sentimos orgullosos de ver como todos venimos creciendo, aprendiendo; asumiendo el poder, el protagonismo de un pueblo que es presidente», manifestó.
Agradeció por el trabajo y las acciones aplicadas en cada uno de los territorios.
«Aplicar todo lo que sabemos para proteger, salvar la vida y un abrazo a todos los compañeros alcaldes, concejales, secretarios políticos, líderes sociales, comunitarios; que ahí están orgullosos de poder servir; de ser la expresión viva de una revolución cristiana, socialista, solidaria y que promueve lo mejor de nosotros mismos para la unión, hermandad, para el trabajo y la paz», finalizó.