Las teleclases que se desarrollan todos los fines de semana en Nicaragua, han sido muy oportunas en el aprendizaje. Estas las reciben alumnos tanto de primaria como de secundaria de las escuelas públicas.
En el caso de las escuelas privadas, brindan clases de forma semi presencial y aprovechan las plataformas digitales, para cumplir con la currícula escolar.
Te puede interesar: Brigada estudiantil de Teustepe recibe capacitación de los bomberos
Estas teleclases se transmiten a través de los canales de televisión 6 y 15, y son monitoreados por los docentes de las diversas escuelas públicas del país. Además brindan el acompañamientos a sus alumnos.
Las teleclases nacieron como una necesidad para garantizar la educación en medio de la pandemia. Esta comenzó a amenazar al mundo en marzo de 2020.
Sin embargo, los esfuerzos se remontan al año 2013, cuando se atendió la necesidad de los alumnos que querían recibir un reforzamiento escolar previo al ingreso a las universidades. En esa época iniciaron con las asignaturas de matemática y literatura.
«Este fin de semana tenemos para educación inicial en horario de 8 de la mañana a 8 y 30 de la mañana el tema: «Pertenezco a una familia que me cuida y me quiere». En educación especial será el tema «Conciencia corporal y habilidad sensorial para el desarrollo de otras habilidades para el desarrollo de aprendizaje»; explicó el profesor Omar Cortedano, funcionario público del Ministerio de Educación.
Apoyo de padres en las teleclases
Los estudiantes el momento de recibir las teleclases, deben de contar con el apoyo de sus padres, recomiendan estos administrativos de educación.
«En secundaria, se está reforzando la asignatura de lengua y literatura con las propiedades textuales, estricta de párrafo. Así mismo lo básico para mejorar la comunicación; en tanto para octavo grado vamos a trabajar con las oraciones subordinadas, en noveno grado procesos de escritura; en décimo grado las construcciones sintáctica y undécimo grado la investigación documental», explicó la administrativa del MINED, Melba López.
Nota por Antenor Peña
