A 23 kilómetros de la capital Managua, se encuentra el volcán Masaya; uno de los 7 volcanes activos de Nicaragua, nombrado también como la Boca del Infierno por su lago de lava que se observa en el fondo del cráter.
En estos días, por segunda vez este atractivo nocturno para turistas no se ha logrado observar, la lava ha entrado en un proceso de ocultamiento. Por eso, consultamos a un experto en vulcanología del Instituto de Geología y Geofísica de la UNAN-Managua, quien nos explica.
“Puede haber varias hipótesis, una de ellas es que posiblemente haya cantidades de derrumbes en las paredes de la caldera que obstruyan el conducto por donde pasa el magma. Otra posibilidad sea que el magma haya descendido debido a cambios en la química y el tema de los gases, y esto esté provocando ese ocultamiento que se miraba normalmente”; dijo el ING Carlos Rubí, vulcanólogo del IGG-CIGEO de la UNAN.
Su gasificación también ha sido desigual a lo que normalmente se observa en este volcán.
Fenómeno con el Volcán Masaya
Si la causa de este ocultamiento de la lava fuera producto de la obstrucción por deslizamiento de rocas en las paredes del volcán; hay probabilidades de que se produzcan explosiones, pero no representan mayor peligro, según el experto.
“Tiende a que se den algunas explosiones, pero muy local, ya se han dado en otros años que se haya obstruido el conducto de la chimenea del volcán y esto ha generado expulsión de fragmentos en la plazoleta muy cercana. Pero más allá de que ocurra de esa área una erupción de gran magnitud, no hay”; recalcó Rubí.
También se pueden generar sismos, pero de baja intensidad.
“Si ocurre el momento de rompimiento de esa capa que está obstruyendo la elevación del magma donde se estaba viendo normalmente, posiblemente genere un sismo que se sienta, pero localmente”; aclaró el vulcanólogo.
Carlos Rubí recomienda mantener vigilancia total a las autoridades del INETER ante posibles explosiones que expulsen material o roca; en los alrededores del Parque Nacional Volcán Masaya.
