¡Sabor y tradición! Dulcería en Masaya producirá 5 mil libras de almíbar esta Cuaresma

Foto: Masaya lista para llenar de dulzura a los nicaragüenses/TN8
Foto: Masaya lista para llenar de dulzura a los nicaragüenses/TN8

El almíbar es uno de los dulces más esperados en la mesa de las familias durante la Cuaresma, representando no solo un deleite gastronómico, sino también una fuerte raíz cultural y un impulso para la economía local.

En la reconocida Dulcería Freddy Chávez, la preparación de este tradicional postre comienza con anticipación para satisfacer la demanda de la temporada. Este año, la dulcería tiene previsto elaborar al menos 5 mil libras de almíbar, garantizando su distribución en los mercados de todo el país.

«Nosotros empezamos con anterioridad la elaboración de este postre. Por ejemplo, aquí a diario se hace almíbar, porque a diario se vende, la clientela lo busca. Vienen de todos lados: de Masaya, de fuera, de Managua, de Rivas. Tenemos ya tiempo de estar en los mercados con el almíbar y otros productos», dijo Meylin Sánchez, propietaria de la dulcería.

Foto: Masaya lista para llenar de dulzura a los nicaragüenses/TN8
Foto: Masaya lista para llenar de dulzura a los nicaragüenses/TN8

La Dulcería Freddy Chávez en Masaya producirá más de 5 mil libras de almíbar

La producción diaria en este establecimiento alcanza las 500 libras, manteniendo viva una de las tradiciones más emblemáticas de la época. Los clientes pueden adquirir este postre desde los 50 córdobas, disfrutando de su característico sabor y textura.

Foto: Masaya lista para llenar de dulzura a los nicaragüenses/TN8
Foto: Masaya lista para llenar de dulzura a los nicaragüenses/TN8

Meylin comentó que el secreto de un buen almíbar es el amor y el detalle por hacer las cosas bien. «Siempre le ponemos todo lo que lleva un buen almíbar. Se hace a fuego lento para que se conserve bien. Esto ya es una receta ancestral. Lavamos bien la fruta antes de prepararla: mango, jocotes, papaya, coco, grosellas. También tenemos la opción de cada producto por separado», enfatizó.

Con cada cucharada de almíbar, las familias no solo comparten un postre, sino también una historia de arraigo y tradición que perdura en el tiempo.