El 17 de julio de 1979 marcó un punto crucial en la historia de Nicaragua con la derrota y huida del dictador Anastasio Somoza Debayle, culminando así más de cuatro décadas de opresión somocista.
Este evento, celebrado como el Día de la Alegría, concreta la victoria del pueblo nicaragüense y el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sobre la brutal dictadura.
La dinastía Somoza, encabezada por Anastasio Somoza García y luego por su hijo Anastasio Somoza Debayle; mantuvo un control constante sobre Nicaragua, utilizando la Guardia Nacional (GN) como instrumento de represión contra cualquier forma de disidencia.
El FSLN, fundado en 1961, fue el principal grupo de oposición; pasando de una fase inicial de acumulación de fuerzas en silencio a una fase abierta de enfrentamiento armado a partir de 1974.
Día de la Alegría en Nicaragua
La resistencia sandinista fue marcada por actos heroicos y sacrificios, incluyendo la muerte de líderes como el comandante Carlos Fonseca y Camilo Ortega. A lo largo de 1978 y 1979, intensas acciones guerrilleras y el apoyo popular generalizado minaron el poder de Somoza, culminando en su renuncia.
El 17 de julio de 1979, tras una última ofensiva del FSLN y el retiro del embajador estadounidense, Somoza finalmente renunció y huyó del país junto con sus colaboradores más cercanos.
Esta victoria representó un cambio monumental para Nicaragua, marcando el inicio de un nuevo capítulo en su historia. El pueblo, que había soportado décadas de represión y miseria bajo los Somoza; llenó las calles con una alegría indescriptible.
El Día de la Alegría se convirtió en un símbolo de la liberación nacional y la unidad frente a la opresión. Aunque el camino hacia la estabilidad y la justicia social fue difícil; esta fecha se mantiene como un recordatorio del poder del pueblo para luchar contra la tiranía y restaurar la dignidad nacional.
Y la alegría se mantiene en el país
45 años después, los nicaragüenses continúan celebrando este día con gratitud hacia aquellos que sacrificaron sus vidas por la libertad de 1979. Además, reflexionan sobre desafíos actuales y renovados, recordando también el sexto aniversario de la liberación de los municipios de los tranques de la muerte, instalados en el marco del fallido intento de golpe de Estado en el año 2018.
La conmemoración del Día de la Alegría no solo celebra la salida de un dictador, sino que también reafirma el compromiso con la justicia y la soberanía nacional; valores fundamentales para el pueblo de Nicaragua.