El 7 de diciembre es una fecha destacada en Nicaragua, marcada por la celebración de La Gritería en honor a la Purísima Concepción de María. Esta tradición católica inicia con una novena y atrae a feligreses de todo el país; convirtiéndose en la festividad más popular del año para muchos nicaragüenses.
En Nicaragua, la celebración va más allá de un evento religioso; es una fiesta mariana en la que las familias expresan amor y devoción, agradeciendo por favores recibidos.
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Entre las personas que celebran con fervor se encuentra la familia Páramo, los cuales desde meses antes comienzan a recoger la famosa «gorra»; que consiste en cajetas, limón dulce, caña, ayote en miel, nacatamales, chicha, jugos, caramelos; trastes y juguetes para los pequeños del hogar. Doña Sofía menciona que esta tradición viene de generación en generación.
“Mi tradición viene de mis abuelitos. Ellos tenían una finquita fuera de del pueblo Santa Teresa; entonces ahí era la tradición que llegaba toda la gente y hacían la purísima. Ella mataba res, mataba a sus cerdos; ella murió y yo seguí la tradición, yo ya tengo 70 años nos venimos de allá a aquí y la vine a celebrar”, mencionó.
Agregó que su Purísima es una muestra de unión porque todos sus hijos, amigos y vecinos se unen a ella para celebrarla.
“Gracias a todos los que se unen y yo que paso recogiendo nos preparamos para más de 1 mil personas a las doce del día le hacemos un almuerzo. Rezan la Novena y rezan el rosario, después en la tarde a las seis de la tarde lo mismo y ahí inicia La Gritería. Viene gente de lejos y aquí los esperamos con nacatamales; provisión, dulces, etc”.
Testimonios de fe
Así mismo hizo la invitación a las familias a que vengan a celebrar con ellas La Purísima; Invitamos a todos a que vengan, estamos ubicados en el Barrio Liberia, del colegio Luis Alfonso Velásquez, 2 cuadras al sur, 1 y media arriba”.
Con un testimonio de fe, devoción y gratitud, una familia del sector de Linda Vista Norte, se suman a la tradicional Gritería como muestra de los favores recibidos y destacan que no solo el 7 de diciembre realizan la celebración, sino que también el 12 celebran a La Virgen de Guadalupe; como un pago a un milagro recibido que fue la curación de un cáncer a su esposo.
Todas las familias celebran la Purísima con devoción
“Esta celebración viene por medio de mis abuelitos, bisabuelos, mi mamá que me la heredó. Comencé con la Gritería hace cuarenta años y hasta la fecha, pues gracias a Dios y a ella la sigo celebrando, la sigo gritando, le tengo mucha admiración y le doy las gracias porque a mi hija la curó de una operación que salió complicada. A mi esposo, la virgen de Guadalupe lo ha mantenido con nosotros y por eso nosotros nos esmeramos»; dijo Rosibel del Socorro Aguirre Altamirano.
En esta ruta de fe y tradición mariana también nos trasladamos al municipio de Ciudad Sandino, a visitar a la familia Paisano Sánchez, cuya devoción comenzó hace 30 años, como un acto de gratitud por la curación milagrosa de una hermana enferma.
La historia de la familia Paisano Sánchez refleja la profundidad de la fe y devoción que caracteriza la celebración de la madre de Dios.
Una tradición acompañada de historias
“Mi mamá inició esta tradición cuando a mi hermana le diagnosticaron una enfermedad que le hacía agua la sangre, y ella estaba mal que no le daban esperanza de vida, entonces mi mamá en su angustia se la entregó a la Virgencita y le dijo que si curaba a mi hermana ella la iba a celebrar hasta que Dios se lo permitiera. Tanto fue su fe y devoción que mi hermana ya va para los 31 y aquí seguimos celebrando»; aseguró esta familia.
La familia Paisano Sánchez les invita a su hogar en Ciudad Sandino, específicamente en la familia San Benito, a 5 cuadras y media al sur.
La tradición de la Purísma se ha conservado por más de 400 años y en este 2023 es un año más de entrega a María, donde esperan seguir cumpliendo en los próximos años, ya que la virgencita merece todo el fervor, el afecto y el amor por ser la intercesora de milagros recibidos.