Son pocos los hombres en el mundo que se avientan a descender a las profundidades de un volcán, sobre todo uno activo y con un lago de lava como el Volcán Masaya. Eso es lo que en 2016 realizó el cineasta y explorador Sam Cossman, quien además en estos últimos días ha estado posteando recuerdos de esa experiencia en Instagram.
La razón por la que tomó la decisión de hacer esa temida misión en ese año fue para poder crear una plataforma digital, al instalar dispositivos especiales que pudieran servir de monitoreo a la actividad del coloso.
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En uno de los primeros post que hizo el 13 de agosto, se ve una foto dentro del coloso y una extensa leyenda, que dice en parte lo siguiente: «¿Sabías que 800 millones de personas viven en zonas de peligro volcánico?
El volcán Masaya en Nicaragua en particular está a solo 25 km de Managua con una población de más de 1 millón de personas. La proximidad de los humanos a los volcanes es una de las razones por las que me apasiona tanto trabajar con empresas como @generalelectric @omega y @natgeo para aprovechar la inteligencia artificial y las redes de sensores para ayudar a predecir la actividad volcánica y de otro tipo».
Lo magnánimo de la naturaleza en el Volcán Masaya
Posteriormente, el 16 de agosto publicó un video también desde las cercanías al imponente lago de lava que posee el Volcán Masaya.
«Los lugares inexplorados del mundo como Masaya ofrece un potencial único para nuevos descubrimientos y para ampliar nuestro conocimiento del mundo… y apenas hemos arañado la superficie»; comentó en dicho videoclip.
En otra imponente imagen que subió hace unos días, también desde el coloso, reflexiona sobre un tema súper importante: «Con el calentamiento del clima y el aumento de los desastres naturales, toda la evidencia apunta hacia la necesidad de crear sistemas digitales de alerta temprana para rastrear y comprender mejor los procesos naturales de la tierra».
Y este martes 24 de agosto publicó otra imagen impresionante del Volcán Momotombo, en León; en que nuevamente reflexiona sobre la necesidad de la tecnología para hacer frente a los embates de la naturaleza.