Las familias de los diferentes barrios de Managua se unieron para celebrar con alegría y entusiasmo el último día del año 2024; dando la bienvenida al 2025 con esperanza y optimismo.
Este 31 de diciembre, los hogares se llenaron de música; risas y el calor de los seres queridos, reflejando la unión y la tradición que caracterizan a los nicaragüenses.
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Una de las costumbres más emblemáticas de esta celebración es la quema de muñecos, una práctica que simboliza el fin del «año viejo».
Los muñecos, muchas veces elaborados con ropa vieja; papel, aserrín y otros materiales, representan el cierre de un ciclo y la oportunidad de dejar atrás los momentos difíciles.
La quema de muñecos, una tradición que ilumina Managua
Con las primeras horas de la madrugada, las calles de la capital se llenaron del brillo de estas llamas; marcando el inicio de un nuevo año lleno de deseos y promesas.
«Esta es una manera en la que nosotros celebramos en familia y le damos gracias a Dios, porque; a pesar de todo, aquí estamos vivos en medio de dificultades y circunstancias, pero aquí estamos», dijo una persona que celebró la llegada del 2025.
La tradición de la quema de muñecos es una de las más arraigadas en Nicaragua, especialmente en Managua; donde grandes y pequeños participan con entusiasmo en su preparación y encendido.
Más allá de un espectáculo, esta actividad es una forma de purificación simbólica y un deseo colectivo de prosperidad y bienestar para el año entrante.
Los barrios de Managua destacaron por su creatividad, decorando los muñecos con elementos alusivos a los acontecimientos del año que termina y transformando cada quema en una celebración única.
Desde fuegos artificiales hasta cenas familiares, la ciudad despidió el 2024 con alegría; esperanza y la promesa de un 2025 lleno de nuevas oportunidades.
Managua y toda Nicaragua continúan demostrando que las tradiciones no solo son un puente con el pasado, sino también un motivo para fortalecer los lazos familiares y comunitarios.
¡Feliz Año Nuevo 2025!
