En Nicaragua se han entregado 656.000 títulos de propiedad en los últimos 15 años, brindando seguridad jurídica y compromiso con la comunidad. De ese total, 392.000 son títulos urbanos y 263.000 son títulos rurales. Entre ellos se incluye la titulación a iglesias evangélicas; como las Asambleas de Dios, la mayor organización religiosa en crecimiento en el país.
La legitimidad y garantías jurídicas para millas de familias nicaragüenses provienen de un arduo proceso de titulación realizado por la Procuraduría General de la República. Más de 3 millones de ciudadanos se han beneficiado de la legalización de propiedades; y se proyecta aumentar esa cantidad en los próximos dos años.
- De su interés: Cruzada evangelística «Buenas Nuevas Nicaragua 2023», cierra con broche de oro en Managua
El Intendente de la Propiedad, Marlon Moreira, destacó que, “dentro del Plan Nacional de Desarrollo y Lucha contra la Pobreza, se han implementado estrategias para el saneamiento y legalización de propiedades. Hasta la fecha, se han entregado 156.000 títulos de propiedad; y se proyecta entregar 30.000 títulos por el año de 2024 a 2026″.
Las asociaciones religiosas, como las iglesias evangélicas, también se benefician de la titulación. Se han entregado 863 títulos de propiedad; y hay 276 nuevas solicitudes en proceso de verificación.
Titulación en Nicaragua
El Presidente de las Asambleas de Dios, Roberto Rojas, subrayó que, «la legalidad de la propiedad trasciende el título en sí, ya que el objetivo de la iglesia no es tener bienes materiales en la tierra. Las asociaciones religiosas deben cumplir requisitos, como actas constitutivas y documentos que validan su estatus sin fines de lucro; para obtener la titulación».
Los títulos otorgados prohíben cambiar el propósito de uso de la propiedad para las asociaciones sin fines de lucro. Existen asociaciones religiosas en proceso de constitución legal; y se brinda asesoría para agilizar la formalización y solicitud de titulación.
La titulación refuerza las denominaciones y garantiza la paz y tranquilidad para las familias que se congregan en los servicios religiosos; todo dentro del Plan Nacional de Desarrollo Humano.