La tradición está ligada con la fe, que se ve reflejada en cada católica que adora a la Virgen María; celebrada en Nicaragua con la «Gritería» cada 7 de diciembre, después del grito: «¿Quién causa tanta alegría?». Aunque su verdadero día, según la fe, es el 8 de diciembre.
Estos altares están decorados de forma muy bonita, con muchas luces de varios colores; y la música de fondo que se escucha a lo largo de los dos kilómetros del trayecto.
Estos altares se instalan previo a la novena de la Virgen María, que inicia el 29 de noviembre y finaliza sus festejos el 7 de diciembre. Seguidamente, son sustituidos por los altares del nacimiento del Niño Dios (Jesucristo, hijo de María).
Quienes celebran la Purísima deben prepararse con lo que ellos llaman «la gorra», que no es más que los regalos que deben dar a las personas que acuden a cantar y rezar a la Madre de Dios.
La Gritería: Nicaragua celebra a la Virgen María con alegría y generosidad
El grito mariano es a las 6:00 de la tarde, y las familias, en grupos de menos de seis personas, llegan a las casas a tararear los cantos populares. Posteriormente, se quedan esperando que el dueño de la casa salga con los regalos.
Y lo que más se regala para esta fecha son dulces como cajetas de coco, gofios, bananos maduros, caña, limones dulces, naranjas; hay quienes, por su capacidad económica, hasta manzanas y uvas obsequian.
Además, se reciben granos básicos como arroz, frijoles, azúcar, baldes de plástico, escobas y otros productos para el hogar. Para los niños y niñas se les entrega escobitas, matracas, chichiles, pitos de carrizo, inditos para poner en la cabeza y otras piezas para jugar.
Esta tradición católica fue importada desde España en el año de 1672 por los frailes franciscanos. Sin embargo, se cree que fue hasta 1855 en la ciudad de León y poco a poco se ha extendido a Granada y Managua.
