La historia de Grethel, la mente creativa detrás de «Sweet Treats», es un claro ejemplo de cómo la pasión y la perseverancia pueden transformar un simple regalo en un próspero negocio.
Todo comenzó cuando Grethel recibió una batidora como obsequio, un gesto que encendió en ella el amor por la repostería. Con cada batido y mezcla, fue adentrándose en el mundo de los pasteles, descubriendo su habilidad para crear delicias que no solo sabían bien, sino que también rompían con lo convencional.
A diferencia de los pasteles tradicionales, las creaciones de Grethel se destacaban por su decoración extravagante y única, que pronto comenzó a captar la atención de los amantes del dulce. Sin embargo, su camino no fue sencillo.
Al principio, Grethel trabajaba tiempo completo en su empleo, destinando cada quincena a la compra de nuevos utensilios para su creciente afición. Poco a poco, su colección de herramientas y su destreza en la repostería fueron creciendo, al igual que la demanda por sus pasteles.
Llegó un momento en que los pedidos se acumularon tanto que Grethel tuvo que tomar una decisión crucial: dejar su empleo seguro para dedicarse por completo a su verdadera pasión. Así nació «Sweet Treats«, una pastelería que ha conquistado el corazón de muchos con su originalidad y sabor.
Hoy en día, Grethel no solo ha logrado establecerse como una pionera en la decoración de pasteles extravagantes, sino que también ha expandido su negocio a dos sucursales. Una de ellas se encuentra en Los Robles, y la otra en Ciudad Jardín, donde continúa endulzando la vida de sus clientes con sus creativas y deliciosas creaciones.
La historia de Grethel es un recordatorio de que, con determinación y esfuerzo, es posible convertir una simple idea en un éxito empresarial.