La Gran Cruzada Nacional de Alfabetización: Un antes y un después en Nicaragua

Foto: Gran Cruzada Nacional de Alfabetización / TN8
Foto: Gran Cruzada Nacional de Alfabetización / TN8

En 1980, Nicaragua vivió un acontecimiento que marcó su historia: la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización (GCNA). Miles de jóvenes y voluntarios se unieron con un propósito claro: llevar la educación a quienes nunca habían tenido acceso a ella. Hoy, más de cuatro décadas después, los ecos de esa gesta aún resuenan en el corazón de quienes la vivieron.

Don Alejandro López tenía 15 años cuando llegó al departamento de Matagalpa, al municipio de San Ramón, a la comarca de Pueblo Viejo. “Tenía un grupo de 23 personas, que lamentablemente solo terminaron 18, entre niños, jóvenes y adultos”.

Durante la Cruzada, Alejandro relata que vivieron momentos muy fuertes que le marcaron de por vida; porque existía un grupo que estaba en contra de este acontecimiento.

“Un momento que me marcó fue cuando andaban los armados cerca, después la noticia de que habían matado a Georgino. Hubo momentos en que golpearon a los brigadistas. Recuerdo una vez que yo oí una bulla y me dijo el muchachito con el que dormía que andaba alguien ahí. Entonces, cuando yo escucho el grito: ‘¿Dónde está el brigadista?’, yo dormía en la hamaca, en calzoncillo, en una troja de maíz, y me tiré y caí encima del charco donde estaban unos chanchos»; dijo Alejandro.

«Los que hicieron bulla nos enfocan para ese lado para encontrarnos, y lo que nosotros hicimos fue correr dentro de una milpa que ya estaba más o menos grandecita y, agachados, nos capeamos”, agregó.

Foto: Gran Cruzada Nacional de Alfabetización / TN8
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Alfabetización, un hito para Nicaragua

Por otro lado, Rolando Rivera García tenía apenas 15 años cuando dejó la comodidad de su hogar en la ciudad para unirse a la Cruzada. Viajó a un remoto municipio de El Cuá, en Jinotega, en el norte del país, donde la educación era un privilegio desconocido.

“Después de 8 meses del triunfo de la revolución, se da la Cruzada Nacional de Alfabetización. Nos convocan a todos los estudiantes de secundaria para que vayamos a capacitación metodológica, didáctica y pedagógica sobre las cartillas. Nos enseñaron a manejar la lámpara Coleman, que era fundamental donde no había energía eléctrica, el quinqué, una lámpara de gas, y también primeros auxilios, porque íbamos a lugares remotos”.

“Un 23 de marzo, después de la juramentación que nos hicieron en la Plaza 19 de Julio, salimos todos enrumbados a las diferentes direcciones: en camiones, otros en barco, en bote, en mulas. Era un principio revolucionario, más que todo de conciencia social, ir a dar el conocimiento a las personas que no lo sabían. Y le queda a uno marcado porque a mí me dieron doce compañeros para alfabetizarlos; de esos, ocho aprendieron a leer y escribir de manera correcta; cuatro no pudieron porque eran mayores de edad”; agregó Rolando Rivera.

Foto: Gran Cruzada Nacional de Alfabetización / TN8
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Educación nicaragüense

Antes de la Cruzada, más del 50% de la población nicaragüense era analfabeta. La educación estaba fuera del alcance de la mayoría, especialmente en las zonas rurales.

Pero, en apenas cinco meses, más de 400,000 personas aprendieron a leer y escribir, reduciendo la tasa de analfabetismo al 12.9%. Nicaragua fue reconocida por la UNESCO, y el impacto de la alfabetización se sintió en todos los rincones del país.

La Gran Cruzada Nacional de Alfabetización no solo enseñó a leer y escribir, sino que abrió puertas, iluminó caminos y demostró que la educación es la base del desarrollo. Hoy, su legado sigue vivo en cada persona que alguna vez sostuvo un lápiz por primera vez y en cada maestro que sigue llevando el conocimiento a quienes más lo necesitan.

Foto: Gran Cruzada Nacional de Alfabetización / TN8
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