Jonathan Velásquez: Sin brazos ni piernas, pero con Dios a su lado

onathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica
Foto: Jonathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica / TN8

Como un hombre de carácter fuerte, que piensa en Dios en todo momento y que tiene valor para enfrentar a la vida, así se describe Jonathan Velásquez. Hace 28 años fue víctima de una descarga eléctrica; el cual produjo que perdiera sus dos manos y sus dos pies.

«Trabajaba en fumigación a domicilio en ese tiempo y nos contrataron para matar unas avispas y unos árboles y entonces cuando vimos el lugar nos damos cuenta de que alguien tiene que subir para tumbar, quebrar las casas de las avispas y depositar el veneno y matarlas. Mi jefe era un señor mayor y yo era joven»; recordó Jonathan.

 

«Lo único que hice fue subir. De las cuatro personas que estábamos en el lugar viendo hacia arriba, yo me decidí. No nos percatamos que había un cable eléctrico de alta tensión. Recuerdo que yo tenía un tubo metálico en las manos y con eso yo golpeaba las casas de las avispas y con ese tubo metálico toqué la línea y quedé pegado», refirió.

«Se me quemaron las piernas y los brazos, pero nunca perdí el conocimiento. Pero sí, no podía ver, ni mover, pero estaba consciente. Y yo sentí que estaba muriendo, que la vida se me estaba escapando y entonces hice una pequeña oración, dije: Dios perdóname todo lo malo que he hecho«; relató.

onathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica
Foto: Jonathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica / TN8

Un accidente que lo marcaría de por vida

Hay que destacar que ese terrible suceso fue cuando tenía la edad de 15 años. Exactamente, un 7 de marzo de 1994, su vida tomó otro rumbo.

«En el transcurso del lugar del incidente al hospital Lenin Fonseca, los dolores se volvieron insoportables, intensos. Yo solo pegaba gritos. Recuerdo que cuando llegué me pusieron en una camilla y me comenzaron a quitar la ropa. Yo solo pedía ayuda y que me quitaran el dolor. Pasé cinco días internado hasta que llegó un doctor y me dijo que me iba a quitar parte de mis extremidades y yo en el momento accedí«; comentó.

La dura noticia embargó a su familia, quienes en un accionar no firmaron el permiso para que se le amputaran las extremidades a su hijo.

«Fue una noticia dura para mi familia. Mi papá biológico falleció cuando yo tenía tres años, pero tengo un papá adoptivo, quien fue el que estuvo conmigo en cada momento al igual que mi mamá. Pero por la noticia no aceptaban que me amputaran y negaron el permiso, hasta que el doctor habló con ellos y los hizo comprender la situación y accedieron«; destacó Velásquez.

Un cambio para la vida de Jonathan

onathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica
Foto: Jonathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica / TN8

Tres duros meses pasó en la sala del hospital, los cuales los describe que fueron los más fuertes, pero que él nunca perdió la fe y la alegría que lo caracteriza.

«Yo nunca me sentí tan mal. Sí me dolió ver a mi madre y a mi abuela llorar al verme sin mis extremidades, pero por mi mente nunca se pasó algo negativo, más bien daba gracias a Dios porque ya tenía paz»; testificó.

Hace 13 años su vida cambió para bien, se enamoró y decidió formalizar su relación ante Dios. Hoy es padre de tres hijos, los cuales son su motor para salir adelante.

Y el amor floreció

onathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica
Foto: Jonathan Velásquez, sobreviviente de descarga eléctrica / TN8

«Recuerdo el día que lo conocí, fue en la iglesia, ya me habían hablado de él y de lo que le había pasado, pero decidí darle una oportunidad y conocerlo y no me equivoqué. Jonathan es un gran ser humano, en él puedo confiar ciegamente, es muy fuerte, nunca dice no puedo y es muy creyente de Dios. Yo decidí ser parte de la vida de él y ayudar en su proceso, ser su ayuda idónea. No me arrepiento de nada y estoy enamorada de él y estoy segura de que será por mucho tiempo hasta que Dios decida»; relató su esposa Reyna Isabel Rodríguez.

Actualmente, trabajan de forma independiente con algunas empresas a través de las redes sociales y cuentan con una panadería la cual está ubicada en el barrio Santa Elena; asimismo cuentan con un canal de Youtube.

Jonathan y su familia son ejemplo de perseverancia, de fuerza y de que nada es imposible, si las cosas se hacen con amor y con positivismo.