En esta reciente edición de su programa, La Notificación, se habló acerca de diferentes destinos turísticos de Nicaragua, como Ometepe, lugar de altas tazas de turismo; ¿qué tiene esta tierra predilecta?, ¿por qué encanta tanto?.
Desde que uno que se embarca desde San Jorge a Ometepe, comienza a vivir una experiencia fuera de serie. La Isla de Ometepe tiene 276 kilómetros cuadrados; la historia dice que nuestros antepasados pensaban que aquí moraban los dioses.
«Nosotros ya llevamos 28 años de estar funcionando el hotel Villa Paraíso. Nosotros iniciamos porque unos familiares nos regalaron el terreno en esta zona y comenzamos a invertir nuestro patrimonio familiar para comenzar poco a poco el negocio. De muy básico, a lo que se conoce actualmente», compartió Sofia Cofflez, gerente del hotel Villa Paraíso.
Predominan arboles como el guanacaste, laureles, genizaros, el madroño, y más. También el avistamiento de aves son una de las actividades en los senderos que más apasiona a los turistas.
Turismo en constante crecimiento en Ometepe
«El turismo viene creciendo, tenemos una inversión turística a nivel de toda la isla, creció en estos últimos años. Como INTUR nosotros regulamos la parte del turismo, tenemos alrededor de 170 empresas registradas dentro de nuestro registro nacional, pero también tenemos nuevos emprendimientos turísticos a los que les damos asesoramiento para que ellos den el salto», comentó Immaculada García, subdelegada de INTUR en Ometepe.
La isla tiene forma de un 8, para recorrerla, la mayor parte esta adoquinada, por lo que los tiempos de desplazamiento disminuyen.
«Aquí hay demasiadas cosas. Mucha gente viene 1 o 2 días para disfrutar la Isla, pero no, para disfrutar la Isla de Ometepe correctamente; se tienen que quedar unos 5 días, porque hay demasiados centros turísticos acá», agregó Heriberto Jaime, gerente del hotel La Estancia.
Entre sus atractivos destaca la reserva ecológica Charco Verde, la playa Santo Domingo con una arena blanca, la cascada San Ramón, El Ojo de Agua, y no se pueden olvidar los atardeceres en la punta Jesus Maria.