La comunidad educativa de Nicaragua celebra la inclusión de los niños con síndrome de Down a las aulas de clases, el desarrollo de sus habilidades artísticas y de aprendizaje.
Todo esto se logra mediante la implementación de políticas educativas y el apoyo de los padres de familia.
Este martes se festejó el Día Mundial del Síndrome de Down en la escuela especial Melania Morales; precisamente con la participación artística de niños y niñas con esta condición.
«Celebramos con mucha alegría el desarrollo de todas esas habilidades de todos nuestros niños y niñas. Vamos a tener cantos, vamos a tener poesía, el día de hoy nuestra población 72 niños, 46 niños y 26 niñas muy contentos celebran con sus compañeros»; manifestó Mery Rivas, directora de la escuela especial Melania Morales, ubicada en Managua.
Integración educativa en Nicaragua
Además, ha sido preciso crear las condiciones idóneas para garantizar a las personas con síndrome de Down el derecho a la educación y la recreación sana; inclusión en otros espacios en los que también se pueden desempeñar con éxito.
«Son muy entusiastas al deporte, practican bastante deporte, principalmente atletismo y voleibol. Acá en la escuela y cada día se van integrando más dentro de este mundo real que decimos nosotros, porque es una preparación para la vida. También están en clases de técnicas de cocina, música, belleza en todo están integrados, aquí no hay límites»; sostuvo la directora de la escuela especial.
«Excelente, mi niño entró cuando tenía 3 años y llevaba a cumplir 10 años de estar aquí está en cuarto grado y él se ha desarrollado como un niño normal, gracias al esfuerzo de los maestros y de nosotros los padres que participamos apoyando primeramente a los maestros y acercándonos más a ellos, a participar bastante en las actividades como esta que se está realizando hoy»; indicó Fátima Martínez, madre de familia.
Atención integral con la escuela Melania Morales
En la escuela Melania Morales se atiende a 456 niños con diferentes discapacidades; se forman cultural y pedagógicamente para que se integren sin dificultad a la sociedad en Nicaragua.
«Es una experiencia muy bonita la integración, hay que estar evolucionando, estar día a día con los muchachos, integrarlos y también apoyar a la familia y hacerle ver a la sociedad que hay que respetarlos e integrarlos tanto en la comunidad como en lo que es la escuela»; indicó Karla Castalla, maestra y madre de familia.