En el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria, INTA, se realizó una Conferencia Científica Internacional sobre variabilidad climática y su efecto en el ciclo productivo; con énfasis en Nicaragua.
La importancia de esta actividad es que Nicaragua se aproxima al inicio oficial del ciclo productivo 2022-2023, que tiene que ver con la instalación del invierno que propicia la siembra de primera. En este sentido, expertos de la FAO orientaron medidas para enfrentar los efectos del cambio climático a productores del corredor seco de Nicaragua.
«Vamos a trabajar en presentar a los productores y a las productoras de Nicaragua los efectos que pueda estar provocando la variabilidad natural del clima y el cambio climático en la producción. Y cuáles son las medidas que ya se vienen trabajando entre el Gobierno de Nicaragua y FAO y también nuevos usos de tecnología que también nos pueden ayudar a enfrentar esta situación que se crea por el calentamiento global»; dijo Denis Fuentes, expositor de FAO Nicaragua.
En esta actividad participaron productores y técnicos del INTA, quienes adquirieron conocimientos para hacerle frente al tema de variabilidad climática; aunque el pronóstico para este año es favorable y se espera una temporada lluviosa normal.
Buenas expectativas con las cosechas en Nicaragua
«Es muy bueno porque aprendemos más sobre cómo sacar una cosecha que rinda más, porque uno con los técnicos aprende cómo mejorar el sistema de siembra»; expresó la productora Guadalupe Chávez, de la comunidad La Unión del municipio de La Paz Centro.
Diversos rubros del sector agropecuario han tenido un buen comportamiento en los últimos años, reportando incrementos de hasta un 8 ó un 10 por ciento; por lo cual existen buenos pronósticos para este ciclo productivo en Nicaragua.
De esta manera, se puede mantener la soberanía alimentaria y hasta obtener un excedente para la exportación.
«Eso nos ha dado la seguridad que estamos produciendo los alimentos que consumimos, que necesitamos. Hay algunas excepciones que todavía nos falta cerrar unas brechas, pero son muy pocas y cada vez lo vamos cumpliendo»; destacó Miguel Obando, codirector del INTA.
Además, dijo que «aquí 1 millón o 1 millón y medio de manzanas son las que normalmente se vienen sembrando, porque aquí no estamos interviniendo áreas nuevas; sino que estamos trabajando más para mejorar los rendimientos y mejorar la calidad de los productos que se obtienen«.
