Este martes 05 de julio, en Estudio TN8, se conversó acerca del sector cinematográfico en Nicaragua; con Joel Sánchez, director del cortometraje Romanza Lúgubre, Camila Wilford, actriz del cortometraje e Illich Almada, productor del cortometraje Romanza Lúgubre.
Ruta de festivales
«El recorrido natural del cine independiente en general, es ir a festivales a nivel internacional. Ahorita estamos haciendo la ruta de festivales, ya inscribimos Romanza Lúgubre en al menos 10 festivales; vamos a ver en cuál de ellos queda. Apuntamos a Ícaro porque es el festival por excelencia a nivel centroamericano y nos gustaría que la región vea nuestro trabajo», compartió Sánchez.
Romanza Lúgubre hizo su primera presentación en la Cinemateca Nacional el primer día de julio. El productor del corto cinematográfico dijo que mucha gente asistió a pesar de la alerta nacional por el huracán Bonnie; y mostraron un gran interés y aceptación por el cortometraje.
«Un poquito de la historia»
«Es una historia que está encajonada en una relación que gradualmente se convierte tóxica, son tres personajes, entonces la trama gira en torno a ellos y alrededor de Eva, la protagonista, quien gradualmente entra en un estado de locura y ansiedad, consecuentemente pierde el control total de sus acciones y emociones hasta que cae en un abismo», mencionó la actriz.
¿Cómo es hacer cine en Nicaragua?
«Hacer cine es difícil, de las artes, es de las más caras, aunque hay opciones, por ejemplo, Steven Soderbergh que gano Cannes, por una película que grabó con un celular, entonces demostró que es posible usar otras opciones. Nosotros fuimos educados por la Cinemateca y una de las cosas que aprendimos precisamente fue como contar una historia con una corta cantidad de recursos», añadió Sánchez.
De igual importancia, dijo que la poca capacidad de recursos no interfiere en la historia, sino que aumenta la creatividad al buscar e indagar alternativas funcionales.
«En Romanza Lúgubre decidimos trabajar en dos espacios físicos con tres actores y contar una historia de 24 minutos con toda la complejidad emocional que tiene detrás. Parecía imposible hacerlo con pocos recursos, teníamos la suerte de contar con una buena cámara; pero lo demás fue puro ingenio, cada quien poniendo su granito de arena», destacó Sánchez.
«Todo esto es por amor al arte», agregó Almada, detallando que es un gasto propio por parte de todo el equipo sin esperar recompensa alguna, además del interés y aceptación de los públicos.
«La Cinemateca hace el esfuerzo de traernos profesores extranjeros que tienen trayecto en sus países; y ese intercambio que tuvimos, la oportunidad de formarnos con esa gente, nos ayudó bastante. Nosotros vemos las posibilidades de formarnos en todo momento, metiéndonos a cursos ya sean nacionales o internacionales. Siempre se habla como una industria, y nosotros no contamos con una industria», comentó.
Este proyecto contó con una cámara de cine, pero el equipo del cortometraje anteriormente trabajaron con un dispositivo móvil y pocos recursos de vestuario y escenarios; eso no fue un impedimento para plasmar sus historias en la actuación y producción de un cortometraje.
¿Por qué vale la pena?
«Tiene que ser amor al arte, pero vamos un poquito más allá; pues nosotros el artista tenemos que salir adelante, entonces es como un reto intelectual, así que al ver los resultados de nuestro intelecto nos genera una satisfacción increíble. Nosotros, los artistas, tenemos una red económica interesante, debido a que contamos una red de contactos que nos permite el acceso a espacios que otra gente no tiene, porque conocemos gente y porque estamos en el medio artístico», concluyó Wilford.